Robaron una moto del patio de una vivienda y los vecinos se preguntan por las cámaras de seguridad

viernes, 16 de junio de 2023 · 09:31

Autores ignorados ingresaron al patio de una vivienda ubicada en calle 38 entre 59 y 61 y robaron una moto Honda HR que se encontraba guardada. Para acceder, los delincuentes forzaron una reja de hierro.

Según trascendió, el hecho se produjo entre 19.30 y 20.30. Los ladrones rompieron la reja para acceder y una vez adentro rompieron el traba volante de la moto y se la llevaron sin ser advertidos.

Vecinos de la zona se preguntan por la existencia de cámaras de seguridad en ese sector, que podrían ser de utilidad para identificar a los autores del robo. Sin embargo, hasta el momento, no han tenido información al respecto.

Pese a la publicidad con la que cuenta desde su mudanza, el Centro de Monitoreo no ha tenido peso en el ámbito de la inseguridad. De hecho, del propio predio de Tránsito robaron dos motos el fin de semana anterior y, pese a contar con cámaras de vigilancia, tardaron varios días en notar el faltante. Incluso, fue a partir que uno de los damnificados fue a retirar su vehículo que se dieron cuenta del robo. De lo contrario, nunca lo habrían notado. La pregunta, ahora, es si realmente está siendo efectivo el monitoreo.

Al día de hoy, la única utilidad que tuvo fue la desmentida de un intento de robo en la zona del Barrio Parque, cuyos vecinos donaron las cámaras hartos por los robos. Sin embargo, de los hechos delictivos sucedidos ese mismo día en las calles adyacentes, no hay ni siquiera una mención.

En el robo de la moto en la vivienda de calle 38 interviene la Fiscalía N° 20 de turno y se inició una investigación a cargo de la DDI de Necochea en conjunto con el Gabinete Técnico de la Comisaría Tercera.

Sin respuestas de las autoridades, los damnificados piden ayuda a la ciudadanía y solicitan que quien pueda aportar un dato que sea de utilidad lo haga. 

El robo de motos es uno de los delitos “de moda” en la ciudad desde hace varios años. Muchas de las unidades sustraídas terminan siendo usadas como “truchos” para otros robos o desmanteladas y vendidas por partes en desarmaderos.

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