Fiestas electrónicas en el Parque: Una nueva del concejal tenista y el club de sus amores

Aparentemente Necochea da para todo y la falta de controles de nocturnidad van de la mano con organización de eventos en lugares que nada tienen que ver con el esparcimiento en la noche, como es el caso del Parque Miguel Lillo, donde las concesiones amigas del poder de turno parecen tener vía libre para hacer lo que quieran.

El dato que elevó la preocupación de vecinos del lugar, organizaciones e incluso varios comerciantes gastronómicos de la Villa Balnearia tiene que ver con las gestiones que se empezaron a realizar en la Municipalidad de Necochea para que se realice una popular fiesta electrónica en el Parque Miguel Lillo, más precisamente en el predio que el club Villa Díaz Vélez tiene a la altura de calle 119 y Avenida 10.

Las gestiones para la realización de un episodio local de lo que sería una famosa fiesta electrónica, evento que se realiza en diferentes ciudades del mundo, estarían avanzadas luego del arreglo entre los organizadores y promotores locales con facilitadores dentro de la Municipalidad con fuertes lazos con el mencionado club.

Por supuesto, los movimientos todavía no se presentaron públicamente dado que ya existen antecedentes de problemas con esta clase de fiestas en enclaves naturales como lo que viene sucediendo en Chapadmalal con protestas de agrupaciones ambientalistas.

Mientras tanto, en el parque desde hace algunos fines de semana que se vienen usando las instalaciones del club como salón de fiestas, con desarrollos muy por fuera de los que serían los usos permitidos en la concesión: el club que se presenta como una "escuela de deportes", ha estado albergando una serie de festejos con impresionante despliegue de luces y sonido que rompen la calma del barrio, alejado de los ruidos que produce la actividad comercial y turística en la Villa Balnearia, y provocando algunas quejas.

"Las fiestas que están haciendo en el club se escuchan por todo el barrio, no sabemos si eso está permitido, pero antes el barrio era tranquilo precisamente porque el parque es un lugar que en la noche no tiene actividad, pero desde principios de enero que hacen fiesta todo el tiempo", contó María, vecina del barrio en un mensaje a Cuatro Vientos.

Hace apenas unos días se celebró un cumpleaños de un reconocido trapero local, con una asistencia prevista en 50 personas que terminó en un festejo con cientos de jóvenes y adolescentes en el predio.

A la preocupación de los vecinos por la virtual apertura de un nuevo espacio nocturno se suman las siempre presentes quejas de los comerciantes gastronómicos de la Villa Balnearia, que soportan altas cargas impositivas y tasas especiales para desarrollar sus actividades y ven que "los amigos del municipio" pueden saltear toda normativa para hacer sus propios negocios sin mayores inconvenientes.

Las luces de las fiestas en el club se han visto incluso desde la arena de la playa y la realización de esta clase de eventos desafía el orden no sólo natural de la arboleda, sino también urbano, dado que bajo ningún aspecto está permitido el uso del parque para la realización de fiestas tipo boliche bailable.

Los amigos del concejal

Cada vez se vuelve más evidente que los desarrollos dentro del club emplazado en el corazón del Parque Miguel Lillo cuentan con un apoyo político que hace que haya normas que en su caso no se siguen al pie de la letra como sería esperable para una concesión deportiva.

La posibilidad de que se realice un evento multitudinario en una de las canchas de fútbol que instaló el club en los terrenos concesionados, eleva la preocupación de un barrio que ya mira con mala cara la realización de las fiestas que se vienen llevando adelante, aparentemente con total anuencia del municipio.

Y pasa que quienes están al frente del municipio no son ajenos a este desorden ni parecieran estar muy preocupados por hacer cumplir las normas, dada la estrecha vinculación que hay entre el oficialismo de Nueva Necochea y el club que alberga las fiestas, Villa Díaz Vélez. La connivencia entre ambos se agrava cuando se conoce el dato que un abogado relacionado al club suele jactarse de sus vínculos dentro del Poder Judicial local.

Según pudo averiguar Cuatro Vientos, las intenciones están centradas en otorgar incluso permisos provisorios que habiliten esta clase de fiestas electrónicas en el parque, algo que estaría tramitado desde el propio oficialismo municipal a pesar de un nuevo conflicto de intereses: se supone que en el HCD el concejal Sanchez debiera velar por el cumplimiento de los usos del parque y las concesiones en lugar de funcionar como una suerte de "escribano" que habilita cualquier idea, por más extraña o irregular que sea, al club de sus amores.

Entrega fallida

La vinculación entre el poder municipal de turno encarnado en Nueva Necochea y la "escuela de deportes" ya tiene antecedentes: casi convirtiendo al club en una especie de secta de beneficiarios de los privilegios del poder político, desde la Comuna no han dudado en conceder toda suerte de favores al club difuminando las obligaciones de los funcionarios y confundiéndolas con los intereses creados alrededor de las gestiones.

En el pasado parte de la dirigencia del club ha sido contratista del Estado en Puerto Quequén, dando cuenta del vínculo que une al intendente Arturo Rojas, como ex presidente del Consorcio portuario, con la institución deportiva.

Profundizando el conocimiento sobre esos vínculos se presenta un ejemplo reciente: el actual presidente del Concejo Deliberante, el abogado y tenista Guillermo Sánchez, quien fuera dirigente del club y es uno de los principales operadores políticos del intendente de Arturo Rojas, intentó entregarle a Villa Díaz Vélez terrenos del vivero municipal para instalar unas canchas de tenis, algo que la Justicia, a raíz de la denuncia de los vecinos y agrupaciones ambientalistas, ordenó parar en virtud de las irregularidades evidentes. 

En aquella ocasión los vecinos encontraron tantos argumentos y tantas irregularidades que el Juzgado Contencioso Administrativo de Necochea dio lugar a un pedido de amparo que detuvo la avanzada. De no ser por la petición de los vecinos, la entrega se habría concretado muy a pesar del procedimiento pergeñado por el presidente del HCD en su doble rol de representante concejal y socio dirigente del club.

Con la nueva propuesta, la fiesta electrónica planteada (que ya fue suspendida el año pasado por otras razones) podría profundizar el malestar de los vecinos por un lado y normalizar una irregularidad que parece estar apañada por razones políticas, con un municipio que hace cumplir las normas sólo a aquellos con los que no tiene vínculos y está por fuera de los negocios que genera como forma de políticas estatales.