CRISIS EN SALUD
Cierran el servicio de oncología en el hospital de Quequén y la Comuna intenta tapar todo con propaganda
En las últimas horas ganó volumen una protesta en redes sociales resistiendo el último recorte impuesto por el intendente Arturo Rojas en materia de salud: el cierre del servicio de oncología en el hospital Irurzun, cuyas instalaciones quedaron prácticamente desmontadas tras un silencioso trabajo de la gestión, que intentó la medida sin comunicarlo a la población.
El cierre del servicio para atender a pacientes con cáncer en Quequén se terminará de concretar en diciembre, con la salida del único médico oncólogo que atiende en el Irurzun. Hace meses que la Comuna está desmontando las instalaciones que diariamente atiende a pacientes que se encuentran entre los de mayor necesidad y urgencia en el distrito. Los movimientos dictados por la Secretaría de Salud a cargo de Andrea Perestiuk incluso provocaron un pedido de informes en el Concejo Deliberante que el Ejecutivo nunca respondió.
Con el cierre prácticamente ejecutado, el volumen de las protestas creció en las redes sociales, donde personal del Irurzun, pacientes y vecinos difundieron la noticia que el Ejecutivo pretende mantener oculta a la población, normalizando la quita de un servicio más en el marco de una crisis de salud que empeora a diario y no ve horizontes de mejora aún después de las promesas del intendente Arturo Rojas.
Con las quejas resonando, el aparato de propaganda municipal se puso en marcha y difundió declaraciones de la secretaria de Salud garantizando un servicio que en la práctica está ya casi desmontado. “Quiero remarcar que la atención de los pacientes oncológicos en el Hospital Irurzun de Quequén está garantizada y va a seguir estando garantizada”, lanzó la funcionaria.
La garantía de Perestiuk en realidad no fue más que una promesa capciosa de la propaganda oficial. En sus declaraciones la secretaria de Salud señaló: "Hoy tendríamos ya prácticamente resuelta la situación del recurso humano profesional de reemplazo del oncólogo que venía de Mar del Plata, que va a venir, sigue viniendo, hasta el mes de enero, o sea, finaliza en diciembre pero tendríamos ya el reemplazo del doctor a partir de enero".
A pesar que la funcionaria estaba haciendo una promesa, dado el uso del potencial remarcado en negrita, la propaganda municipal difundió falazmente que el servicio está garantizado en el Irurzun, algo que no es real y que saben perfectamente tanto el personal como los pacientes del hospital. La comparación entre lo que escribió la propaganda en el parte de prensa y lo que dijo la funcionaria está a la vista de todos (escuchar audio al final de esta nota).
“Quiero remarcar que la atención de los pacientes oncológicos en el Hospital Irurzun de Quequén está garantizada y va a seguir estando garantizada”, indicó la funcionaria.
Más allá de la promesa, entre líneas la funcionaria no sólo estaba admitiendo el recorte, sino que prometía solo las consultas con el oncólogo. Luego cada paciente que esté recibiendo medicación y tratamiento deberá viajar a Necochea para tener la asistencia que actualmente recibía más cerca de su casa.
"Servicio integrado" que oculta los recortes
"Nosotros estamos trabajando fuertemente en lo que es el sistema integrado de salud. Nosotros más allá de los servicios que se brinden en los diferentes efectores, el sistema de salud de Necochea es uno solo, por ende apuntamos a fortalecer en ese sentido", comentó Perestiuk.
Lamentablemente el eufemismo "sistema integrado de salud" en realidad significa que se reducen los servicios en Quequén y se los derivan al hospital de Necochea, eliminando la prestación a pacientes que deberán sumar traslados más largos a su ya comprometida circunstancia.
El mismo "sistema integrado" por el que trabaja "fuertemente" Perestiuk de cualquier manera no parece más que un recorte: en el pasado se conocieron casos de pacientes que fallecieron por la falta de disponibilidad de inyecciones en el hospital Ferreyra que sólo estarían disponibles en los CAPS, como señaló la gestión tras el escándalo del fallecimiento de un joven en julio pasado. En aquella ocasión el sistema no estuvo para nada integrado a pesar del trabajo fuerte de la secretaría.
Lo que en realidad hay por detrás es un recorte sostenido de los servicios que se brinda a los vecinos, algo que comenzó durante la pandemia cuando el sistema municipal fue sostenido casi en todo por el gobierno provincial y que se ha ido profundizando, no solo por decisiones políticas del Ejecutivo, sino también por los maltratos y amenazas de funcionarios sobre el personal, que fue provocando renuncias y cultivando una imagen tan negativa que no hay médicos de la región que quieran venir a prestar sus servicios a nuestra localidad.
Otra vez la manipulación y las amenazas
La situación refleja una vez más la obsesión de la gestión del intendente Arturo Rojas de torcer la opinión pública para convertir cada desatino en una situación favorable a su imagen.
Esa actitud no sólo se entiende en el marco de su carrera electoral adelantadísima, sino que también se proyecta en la forma que intenta dirigir su propaganda, poniendo palabras en boca de sus funcionarios que no fueron dichas, omitiendo todos los datos inconvenientes en sus reportes de prensa o sencillamente usando una literatura fantástica sin ideas como si fuera un protocolo de comunicación oficial. Perestiuk nunca aseguró que hubiera un oncólogo y usó un potencial, aunque la propaganda habría desgrabado mal sus declaraciones sosteniendo que la contratación del oncólogo ya estaba dada.
Esa manipulación, que alcanza incluso a las propias filas, usa de manera capciosa la información que es oficial, torciendo sin pudor las obligaciones de comunicar a la población las medidas de gobierno, siguiendo una línea que, como contraparte, tiene a los empleados bajo amenaza constante para que no "filtren" información.
Bajo diferentes tipos de amenazas funcionarios del Ejecutivo están abocados en tratar de rastrear las fuentes de filtración sobre los constantes desmanejos que comete en el área de salud, con una gestión que no está ni cerca de cumplir con las promesas que llevaron al intendente a su cargo en 2019. Apenas se publicaron las quejas de pacientes y personal de salud en el Irurzun, la propia secretaria Perestiuk solicitó que se borraran las publicaciones en las redes sociales que daban cuenta del panorama. Aunque se pautó un encuentro entre la funcionaria y el personal para este martes por la mañana, las publicaciones no se retiraron.
"Nosotras no lo hacemos con una bandera política si no en pos de que no se resienta más el servicio de salud", aclararon dos fuentes diferentes con sus propias palabras a Cuatro Vientos frente a la previsible acusación que podría lanzar la propaganda municipal ante las revelaciones, algo que ya hizo en otras oportunidades como parte de su lógica de escarnio y tergiversación de las situaciones cuando enfrenta un clima adverso.
Con una promesa poco clara, mucha propaganda y constantes amenazas sobre su propio personal, la gestión de intendente Arturo Rojas y su secretaria de Salud, Andrea Perestiuk, intentan presentar su nuevo atropello sobre el sistema de salud como una virtud de la gestión, irritando aún más a los vecinos, que ven con sus propios ojos como las promesas se diluyen y los servicios se recortan cada día más a pesar de lo que invente el aparato municipal de prensa.