Aumento del boleto de colectivos en Necochea: Cuándo se aprobaría y a cuánto se iría

viernes, 25 de agosto de 2023 · 09:34

(*) Por Fran Bandini

Este lunes, el Concejo Deliberante, aprobaría sin tratamiento (ad referéndum) y sin llamar a audiencia pública el precio del boleto plano de colectivos. Según se adelanta, pasaría de costar $125 a $170.

Por pedido de las empresas prestadoras del servicio, el incremento se haría efectivo puertas adentro del Concejo, sin escuchar las opiniones de los usuarios ni dando la chance que los usuarios se informen del por qué de los aumentos.

Luego de la devaluación efectuada por el Gobierno Nacional después de las PASO y el contexto de inflación desmedida que se viene experimentando, las firmas concesionarias sostienen que el ajuste debe hacerse de forma inmediata y, realizar un debate con los usuarios, solo demoraría las cosas. Los concejales, por su parte, se plegaron a esa idea.

El presidente de la Comisión de Transporte del Concejo Deliberante, Maximiliano Delfino, en declaraciones un tanto curiosas, le restó importancia a las audiencias públicas y afirmó: “Si vamos a esperar 60 días más para el aumento, se termina el transporte público en Necochea”. Una declaración que podría ser más propia de un representante de las empresas que de un concejal electo en representación del pueblo necochense.

Como para aumentar la presión, quienes manejan el transporte público en la ciudad amenazan con recortar el servicio, suspender trabajadores y hasta paralizar la actividad. Además, solicitaron que se declare la emergencia en el Transporte y se acuerde un valor que le sirva, tanto a las firmas como a los usuarios.

Algo que resulta llamativo es que, al momento de discutirse los aumentos en el boleto plano de los colectivos, ni los concejales ni las empresas se refieren a la actualización de los recorridos. En la actualidad, los ómnibus urbanos no conectan con la zona de mayor crecimiento demográfico de la ciudad, como lo son Villa del Deportista, Villa Florida y Villa Zabala. La línea 503 de “los verdes”, que cada varios recorridos como 502 pasa a ser 503, no contando con una unidad que permita una frecuencia constante, apenas si llega a las primeras cuadras del barrio Parque.

Asimismo, no hay una línea que conecte con la zona de Puerto Gardella, uno de los puntos turísticos de mayor apuesta comercial en la última década, que ha visto disminuir su actividad en los últimos años, dado que nunca tuvo una conexión real con la ciudad.

En el caso del tramo que va de avenida 74 a avenida 98 tampoco cuenta con un servicio que sea constante y una esos 1.2km, así como tampoco se cuenta con una unidad que recorra los barrios ubicados en el margen noreste de la avenida 59 y en el margen sureste de la avenida 75. Algo similar sucede con varios barrios de Quequén, en los que los ómnibus solo recorren las calles y avenidas principales, pero no las zonas periféricas más alejadas, en las que los usuarios tienen que caminar kilómetros hasta la parada más cercana.

Teniendo en cuenta esto, podría decirse que el Concejo Deliberante ha ido aprobando, sistemáticamente, ajustes en los precios del Transporte Público pero nunca mejoras ni ampliaciones del servicio. Llegado el verano se agregan algunas líneas que refuerzan los servicios, realizando escuetas variaciones en los recorridos, y luego, en el ocaso de la temporada, desaparecen.

Durante el último verano, incluso, se recortó el horario del servicio, que en el pasado se extendía hasta las 02am y, en la última temporada, apenas si se estiraba hasta la 01am. Todo, reconocido en aquel entonces por los propios choferes, dependiendo “del movimiento en la calle”. No pocas fueron las quejas de trabajadoras y trabajadores del rubro gastronómico que culminaban sus tareas en horas de la madrugada y se quedaron sin transporte público.

Resulta un tanto mezquino que los debates sean únicamente de ajustes en el valor del servicio. Más aún cuando los estudios de costos no se hacen públicos hacia el usuario. Y más aún cuando se le quita importancia a las audiencias públicas, que eran la única oportunidad que tenían quienes utilizan los colectivos para hacer llegar sus iniciativas o reclamos a las firmas. Firmas que tienen la total libertad de dar de baja sus concesiones si consideran que siempre están yendo a pérdida y permitiendo que otras empresas puedan brindar su servicio ateniéndose a los costos y beneficios que esto suscita. 

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