¿Cómo se propagó la gripe aviar en la colonia de lobos marinos de Necochea?

Los contagios de gripe aviar confirmados en la colonia de lobos marinos de la Escollera Sur de Necochea se convirtieron en una preocupación para la comunidad científica argentina y para las autoridades que estudian el hecho. Tras la confirmación del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) la presencia de brotes de Influenza Aviar Altamente Patógena (IAAP) H5 en lobos marinos en Buenos Aires y Santa Cruz, se reportó la muerte de numerosos lobos marinos en distintas regiones del país, con casos confirmados tanto en Santa Cruz como en Necochea.

Los expertos están investigando el contagio y las causas detrás de esta inusual propagación de la gripe aviar en mamíferos marinos.

Este fenómeno inesperado generó preocupación en la comunidad científica y entre las autoridades locales, ya que el lobo marino no es una especie tradicionalmente asociada con la influenza aviar. La detección del virus en esta especie y su propagación han llevado a medidas de contención y prevención, incluyendo restricciones en playas y la colaboración entre instituciones gubernamentales.

Los casos positivos de IAAP H5 en lobos marinos se expandieron hacia diferentes localidades costeras, desde Necochea hasta Santa Cruz, generando incertidumbre sobre cómo se está transmitiendo el virus entre estos mamíferos. Además, se han detectado casos similares en otras áreas costeras, como Mar del Plata y el Balneario Orense.

Cómo se contagiaron de gripe aviar los lobos marinos

La comunidad científica está trabajando arduamente para comprender la fuente de contagio y los factores detrás de esta propagación, que podría tener consecuencias tanto para la fauna marina como para la salud humana. Aunque aún no se han identificado las razones exactas detrás de estos brotes, se ha especulado que los lobos marinos podrían haber tenido contacto con aves infectadas, tal vez al consumirlas como alimento.

El lobo marino de un pelo (Otaria flavescens), conocido por habitar a lo largo de las costas de Sudamérica, es el epicentro de esta preocupante situación. El contagio de estos animales parece estar vinculado al contacto directo con las secreciones de aves infectadas. Si bien los seres humanos también pueden contraer la infección, hasta ahora los casos documentados son escasos.

El Senasa dejó en claro su compromiso con abordar esta emergencia de salud animal y colaboró estrechamente con instituciones a nivel municipal, provincial y nacional. Juntos, delinearon un protocolo de intervención para hacer frente a esta amenaza y coordinaron estrategias y acciones sanitarias para controlar el brote y proporcionar información crucial a la comunidad.

Sin embargo, el misterio persiste en torno a cómo se desencadenó el contagio de los lobos marinos. "Se especula que quizás hayan tenido contacto con aves infectadas al consumirlas como alimento", revelaron fuentes oficiales.

Esta teoría apunta a la complejidad de los ecosistemas interconectados y cómo la salud de una especie puede tener impactos imprevistos en otras.

La gravedad de la situación también ha llegado a Tierra del Fuego, donde se documentaron 21 lobos marinos fallecidos, de los cuales al menos 7 estaban infectados con el virus de la gripe aviar. Ante esta situación, el gobierno provincial tomó medidas preventivas, instalando cartelería para restringir el acceso de personas a la reserva costera de la ciudad de Río Grande. La enfermedad, altamente contagiosa y de declaración obligatoria en Argentina según la Resolución del Senasa 153/2021, no solo amenaza a la fauna marina, sino también a la seguridad alimentaria y a la salud humana.

La lucha contra la gripe aviar está en marcha en Argentina desde el año pasado, cuando el país perdió su estatus de "libre de gripe aviar" debido a un brote endémico. A pesar de los esfuerzos y del cierre reciente de brotes en establecimientos comerciales, la emergencia sanitaria persiste, con un enfoque constante en la vigilancia epidemiológica y la prevención en todo el territorio nacional.

Un factor adicional de preocupación es la capacidad de las aves migratorias para transportar el virus, incluso en ausencia de síntomas. Cuando estas aves interactúan con las aves de corral en criaderos industriales, la transmisión puede producirse, creando un ciclo peligroso de propagación de la enfermedad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) lanzaron alertas sobre los riesgos persistentes que esta enfermedad presenta tanto para la vida silvestre como para los seres humanos.

A medida que la comunidad científica y las autoridades buscan controlar esta crisis en evolución, queda claro que la comprensión de las interacciones entre especies, los ecosistemas y la salud humana es esencial para prevenir futuras emergencias sanitarias.