Ni una cuadra de asfalto nueva en tres años: ¿Por qué Necochea no tiene hormigonera propia?

martes, 27 de junio de 2023 · 12:30

Si hay un dato que la gestión del intendente Arturo Rojas y su equipo de campaña reelectoral preferirían evitar a toda costa es el déficit histórico de su gestión en metros de calle asfaltados. El intendente de la Nueva Necochea, de la reconstrucción del puente y las "pequeñas obras que transforman" lleva tres años y medio de mandato y no asfaltó ni una sola cuadra nueva en todo el distrito, algo que se ve espantoso si se lo compara con las 30 cuadras de avenidas nuevas que dejó su antecesor y las más de 200 que llevan asfaltando los distritos vecinos en los últimos años.

Y ciertamente la lógica de las acciones de la Comuna a este respecto son algo incomprensibles y sólo se justifican en el marco de un relato casi ficcional generado a fuerza de desinformación y propaganda. En ese esquema, la contratación de terceros para realizar trabajos que la Comuna entrega casi compulsivamente ha normalizado tanto sus defectos que hacen ver a los contratos municipales como simples papeles que pueden ser reescritos sin inconvenientes al ritmo del negocio más que de la necesidad del público. El gasto en las obras, la elección de las empresas y los plazos son considerados parámetros blandos que pueden ser seleccionados a placer sin responder a los criterios que impone el interés común.

Si algo da un panorama claro de esa forma de hacer de la política un negocio, es la elección que ha hecho el intendente para dar adjudicaciones de contratos, sobre todo en los contratos más importantes de obra pública, como en el caso circunstancial de la preferida de la gestión, Vícoli SRL. 

Casi como constructora propia pero no...

Vícoli era una empresa casi al borde de su extinción hasta que por obra y magia de la obra pública municipal, se convirtió en la constructora estrella de la gestión, con una inusitada cantidad de contratos que le concedió el intendente aún ante lo evidente de sus circunstancias. Literalmente la Comuna resolvió los inconvenientes con estrategia de abogado, casi llegando a diseñar entramados de obra pública sólo en virtud de las posibilidades de negocio que se planteaba para la constructora. La mayoría de las constructoras de larga data de la ciudad casi ni han participado de la distribución de contratos de obra pública y la mayoría de las adjudicaciones fueron a empresas que surgieron de la mano del intendente y sin una trayectoria reconocible por el público.

Detentando un nombre conocido en la ciudad por su actividad como hormigonera, fue transformada entonces en una suerte de  herramnienta multitareas de la gestión que obtuvo numerosos contratos incluso cuando sus ofertas estaban por encima de los presupuestos, bajo el manto discursivo que justificaba esta práctica por la inflación. La vieja hormigonera de Circunvalación y 43 se perfiló en los últimos años casi como una base alternativa al Corralón Municipal.

Vícoli ya lleva 6 meses de atraso en la Pista Municipal de Atletismo, que se presentaría para la campaña del intendente

Y la elección de Vícoli como esa suerte de herramienta tuvo que ver en principio con la necesidad del intendente de tener una "constructora amiga", que eventualmente facilitara la ejecución de los trabajos de manera pragmática. El rumor en la calle liga a Vícoli directamente con un alto funcionario de Legales del municipio, incluso con funcionarios de Obras Públicas en un doble rol de trabajadores municipales y representantes de la constructora al mismo tiempo, aunque al momento no han habido confirmaciones sobre el rumor más que las acciones del propio municipio.

Sucede que gracias a ese "pragmatismo" ofrecido por la compañía, Vícoli ofertó para ganar mútiples contratos de ejecución de tareas de mantenimiento (cloacas, instalación de luces LED, bacheos, etc) que el municipio suele presentar como "obras que transforman" en sus propagandas. Y ganó muchas de ellas: en la web del municipio hay 8 páginas completas con el listado de las menciones a Vícoli en decretos para entregar y pagar contratos o para dar nuevos plazos y ciertas facilidades.

Con amigos es más facil

Dos ejemplos muestran cómo se concedieron facilidades a la constructora aún en detrimento del interés público, algo por lo que se supone que el municipio debería velar: por un lado la extensión de la red cloacal en el barrio Estación Quequén y, por el otro, la instalación del hospital modular en pandemia.

En el primer caso, la obra otorgada a Vícoli se presentó reiteradamente como una obra esperada por los vecinos durante 20 años algo que de alguna manera parecía dar el permiso tácito a los ejecutores de tomarse su tiempo después de tanta espera. Y la empresa lo hizo, aunque el plazo de ejecución de la obra era de 4 meses, ese lapso de tiempo fue el que tomó iniciar los primeros trabajos. Y luego de esa espera, faltó casi un año más para que la obra fuera finalizada. Y aunque se anunció un beneficio para cientos de familias del barrio, el grueso del servicio domiciliario comenzó a ejecutarse recién en septiembre del 2022, es decir, un año y medio después, cuando los vecinos pudieron conveniar con el municipio la conexión comprando sus propios materiales.

De cualquier manera, en caso de no cumplirse los plazos, la empresa recibió facilidades: la gestión extendió una y otra vez los plazos obligatorios a la constructora aún cuando el asunto ameritaba urgencia, lo que lleva al segundo caso, del Hospital Modular. 

En enero del 2022 la obra ya debía estar inaugurada hacía dos meses, pero la empresa todavía no había llegado, por lo que el 16 de enero la Muni concedió un plazo de 30 días más para terminar la instalación. Pero luego, a fines de febrero del 2021 decretó conceder 2 meses más de plazo porque justo el día que se concedió la primera ampliación de plazo (16-01-21) se inició un paro de camioneros que duró 25 días. Por cualquier duda, este segundo decreto de postergación del plazo ya advertía en sus considerandos que habría más extensiones de plazo en caso de ser necesario. Al final el municipio anunció la inauguración del modular a fines de agosto de ese año, cuatro meses después del vencimiento del segundo plazo del decreto de febrero.

La postergación de los plazos llevó a que el hospital modular se inaugurara un año después de lo previsto, justo para las elecciones del 2021

La municipalidad usó su propaganda para difundir la instalación como un logro bajo el título: "En plena pandemia, el municipio pudo concretar un histórico refuerzo del sistema sanitario local". En la realidad, la Comuna había dado una obra de urgencia a una empresa amiga sin importar si la empresa podía cumplir los plazos: eventualmente el intendente usó la inauguración de una obra urgente para el distrito obviando como si nada el retraso de casi un año y coincidiendo con la agenda electoral, dado que en agosto del 2021 el intendente se encontraba en carrera para renovar su bloque de concejales.

Ampliamente favorecida, la contratación de Vícoli para una situación de emergencia sirvió mucho más a la empresa que a la Comunidad. Vícoli ha obtenido casi sin falta todas las ampliaciones presupuestarias que pidió en buena cantidad de las obras que le fueron adjudicadas, practicamente desde las primeras publicadas en 2021.

Aunque el gasto está siendo altamente ineficiente (ver también las postergaciones de la Pista de Atletismo Municipal, que debía estar inaugurada desde enero y aún sigue esperando por la agenda electoral del intendente) hasta el momento prácticamente no se han escuchado voces críticas sobre esa forma de gastos, aún a pesar de la evidencia ante los ojos de todo el arco político, que con su silencio pareciera incluso legitimar la proclama oficialista de ser una "gestión ordenada en las cuentas"...

El sueño de la hormigonera propia

Aunque está a la vista de todos, no parece haber reacciones del arco político que siquiera planteen la cuestión en el marco del uso eficiente de los recursos: el uso es visiblemente defectuoso, se pagan presupuestos inflados, se postergan plazos y en definitiva, se lleva adelante una política condicionada por la existencia previa de un negocio, lo que no coincide con la necesidad pública, que es la esencia de la contratación para la obra en primera instancia. Además, la mirada que tiene Nueva Necochea de hacer un Estado como si fuera una empresa privada queda muy bien para el discurso grandilocuente en el HCD aunque no se aplica en lo que tiene que ver con el control de gastos que hace y, sobre todo, el servicio que obtiene por lo que paga.

Tan normalizada está esa situación que todo este relato peca de obviedad y sin embargo, las opciones siguen estratificadas en la conveniencia política: ahora no sólo la Comuna está bajo la órbita de una suerte de "cártel" local de constructoras que definen los costos de las obras que se realizan, sino que ya hay políticos que llegan con todo el paquete de constructoras afines, que no necesariamente son las mejores del lugar, pero sirven a los intereses del partido que los apaña.

Lejos de esa circunstancia están distritos vecinos y claramente más prósperos. Con una hormigonera municipal propia, San Cayetano no para de asfaltar cuadras y cuadras de calles, algo que Necochea en los últimos años y con la clase de acuerdos que tuvo el intendente con constructoras amigas, ha sido prácticamente un sueño inalcanzable. Según datos del propio municipio vecino, en los últimos 8 años se asfaltaron más de 80 cuadras, 10 cuadras por año, sin tener que recurrir a contratos con terceros, abaratando ostensiblemente los costos y facilitando la obtención de recursos provinciales o nacionales por realizar obras por vía de administración, que generan más confianza a la hora de destinar partidas a los municipios.

Todo el panorama refleja una muestra de los vicios de administración, favoritismos y un pésimo uso de los recursos del Estado Municipal para favorecer, cómo mínimo, intereses políticos del intendente, ajustando plazos a las necesidades electorales o brindando facilidades económicas o justificando incumplimientos para favorecer a los amigos. Muy conveniente para la política partidaria del Jefe Comunal, se mantiene completamente normalizado por un aparato de propaganda disfrazado de comunidad mediática, y a pesar de tratarse de un tema de relevancia incluso discutible durante las campañas para elegir un nuevo intendente, el tema parece no tener mayor consideración en el debate público por practicamente nadie de la oposición.

Otras Noticias