Descontrol en la rotonda de avenida 2 y Pinolandia: La posta policial que se transformó en un bar
(*) Por Fran Bandini
El desborde del tránsito y la seguridad en ese sector de la ciudad no es novedad para nadie. Desde la pandemia, esa rotonda se transformó en una discoteca a cielo abierto en la que cientos de personas se congregan varias veces a la semana a bailar y consumir alcohol. A esto se le suman los conductores que realizan maniobras temerarias a la vista de todos, significando un enorme riesgo para la integridad física de los asistentes.
Sin embargo, pese a los videos que circulan y a los hechos de violencia que se han registrado allí –en la Navidad de 2022 una patota atacó a un joven a patadas y puñaladas en esa misma rotonda- no hay acción alguna del Municipio. El recuerdo inmediato de algo parecido a una política de Estado fue la ridícula decisión de cortar las luces de las calles, en esa zona, durante Nochebuena, lo que generó un ambiente aún más propicio para lo que sucede habitualmente. Además, se registraron serios incidentes entre bandas, siendo el ataque en patota el más grave.
La política de show de la gestión de Arturo Rojas ha hecho agua por donde se la mire en materia de seguridad. Por citar un ejemplo, en 2022 Necochea fue la segunda ciudad más insegura de la Provincia de Buenos Aires, experimentando una suba de delitos mayor que los municipios más “calientes” del conurbano, como La Matanza, Moreno o Merlo. Estos preocupantes índices no incluyeron la feroz ola de robos que viene sufriendo la ciudad desde el verano, por lo cual, este 2023 podría traer números aún más lapidarios.
La actividad en la rotonda se ha transformado en el “elefante dentro del baño” en materia de seguridad. Lo expuesto en el video viral es tan solo una pequeña muestra de los riesgos que corren los jóvenes allí. El Ejecutivo, mientras tanto, parece encomendarse a la suerte. A que no suceda ningún hecho lapidario que lo exponga. Pero el ciudadano promedio conoce lo que sucede allí y puede reconocer la desidia.
Operativo show
La política con la que gobierna Nueva Necochea es bastante obvia: montar puestas en escena que aparenten gestión y hacerlo resonar en todos los medios que se encuentran bajo la órbita de la Oficina de Propaganda y Prensa. La consecuencia de esta pobre idea de campaña es lo evidente: en cuatro años de gestión de Arturo Rojas no se ha resuelto ningún problema de fondo que acarrea la ciudad. Por el contrario, muchos de ellos, como la seguridad, se han profundizado.
En materia de seguridad, vial en este caso, la deuda con la ciudadanía es muy grande. Para enumerar algunos ítems que respaldan lo expuesto: hasta los primeros días de mayo no hubo ni un alcoholímetro operativo en la ciudad; el área de Tránsito del Municipio está prácticamente abandonada y habitualmente sus trabajadores son golpeados e insultados cuando intentan hacer su trabajo; los operativos vehiculares se realizan en horarios de cero conflictividad y en zonas obvias, para que sean vistos por buena cantidad de ciudadanos y puedan sentirse “seguros”.
Personal de Tránsito, Guardaparques, Defensa Civil y hasta el GAD son afectados para operativos que solo interceptan vehículos familiares. Mientras tanto, en la rotonda de avenida 2 y Pinolandia vuelcan autos a la vista de todos sin que intervenga ningún vehículo de las autoridades competentes. Otra vez el show que no resuelve.
De posta policial a bar: “Pequeñas obras que transforman”
Pero la mayor evidencia del desinterés que tiene el Ejecutivo en aplicar alguna política de seguridad y la preocupación que muestra por facilitarles negocios a los amigos de la gestión es la vergonzosa transformación del Parador Turístico Integrador de avenida 2 y Neptuno en un bar. El municipio prácticamente robó una locación que instaló la Provincia para cederlo, por una irrisoria concesión, a uno de los contratistas que ha descubierto oro en el arribo de Nueva Necochea al Palacio Municipal.
El Parador Integrador fue construido por la gestión del entonces gobernador, Daniel Scioli, con la idea de hacer funcionar en él instalaciones con accesibilidad para personas con discapacidad, baños especiales y un SUM destinado tanto a la promoción turística como a la realización de eventos culturales y turísticos, enfocando su perfil en los deportes extremos y en la naturaleza.
En el mencionado centro funcionaba una oficina de informes y de prestadores de actividades deportivas y de aventura, que debía funcionar tanto en temporada de verano como en los fines de semana de todo el año.
Con idas y vueltas, el espacio fue funcionando intermitentemente hasta la llegada de la pandemia, cuando la gestión de Arturo Rojas lo convirtió en una posta policial, algo que era necesario, dada la conflictividad que reviste ese sector de la ciudad en horas de la noche. Sin embargo, pocos meses después, con la caída de las restricciones por el COVID-19, la locación quedó abandonada a la espera de una reapertura coincidente con su función original.
A fines de enero de 2022, el Municipio transformó ese espacio en una concesión que comenzó a explotarse durante la última temporada por un empresario muy cercano al poder. Como daba cuenta Cuatro Vientos, el intendente firmó el decreto el pasado 12 de abril de 2022 en el que se adjudicaba a la Organización Livertempo S.A. (una sociedad en formación que ganó un llamado a licitación prorrogado por obra y gracia de un tecnicismo) la "Concesión el Derecho de Uso y Explotación de la Unidad Turística Fiscal de Administración Municipal denominada "PN1 Sector A y B", del Frente Costero de Necochea ubicada en la Av. 2 entre Av. Pinolandia y el Complejo Sahara (UTF USN3A)"
El polígono ubicado en el ingreso a las playas Neptuno fue entregado por 25 años con la posibilidad de dar una prórroga de 7 años más a la organización mencionada, vinculada directamente a José "Cholo" Servat, empresario a cargo de Containers Necochea y de estrecha relación con la gestión municipal.
El cánnon establecido para la concesión fue irrisorio: en el artículo 6 del decreto de llamado a licitación se establece que por todo el polígono el concesionario debería pagar el total de 20 módulos (equivalente a un salario municipal de 24 mil pesos con fecha a noviembre del 2021) por un total de 497 mil pesos.
Una vez emplazado el bar, fueron los propios funcionarios e, insólitamente, las cuentas oficiales de algunas dependencias municipales los que se encargaron de anunciar su apertura y felicitar a sus dueños. Además, antes habían montado una presentación propagandística de diferentes concesiones y renders en el que se incluía el ex Parador Integrador y se prometían una inversión cercana a los 54 millones de pesos y entre “150 y 200 puestos de trabajo”.
Con el trillado discurso proto-desarrollista de la cesión de espacios públicos en pos del progreso, el Municipio cambió una herramienta de gestión por un negocio. La transformación de una posta de control policial en un bar, en un sector de altísima conflictividad y riesgo para la vida de las personas (el vuelco del Renault 9 lo expone claramente), expone cuáles vienen siendo las prioridades de Nueva Necochea, que por estos días busca desesperadamente su reelección.