¿VALE TODO?
La fiesta más inexplicable del mundo: ¿Usan el HCD para hacer publicidad a la Bresh en el medio del Parque?
El debate suscitado por la intención de celebrar una multitudinaria fiesta en una concesión del Parque Miguel Lillo ha provocado tantas quejas de diferentes sectores y muestra tantas irregularidades que una vez más el oficialismo de Nueva Necochea montó una escena en el Concejo Deliberante para intentar construir argumentos sobre lo inexplicable.
Lo que sucedió es que organizadores de las fiestas Bresh, facilitadas ampliamente por el presidente del Concejo Deliberante, Guillermo Sánchez, que además de ser concejal es uno de los principales operadores del intendente Arturo Rojas y ex dirigente del club Villa Díaz Vélez donde se intenta autorizar la fiesta, estuvieron en la Comisión de Cultura del cuerpo deliberativo para contar de qué se trata todo esto.
Aunque el Ejecutivo intentó presentar la celebración como un evento que no requiere permisos especiales para realizarse y que el club cuenta con las autorizaciones del REBA y demás permisos, lo cierto es que la concesión de uso de los terrenos del parque para el club no admiten bajo ningún punto de vista el alquiler de las canchas de fútbol para la realización de fiestas o recitales de esta magnitud, por lo que los vecinos molestos con los ruidos que vienen produciéndose en el club con fiestas cada vez más grandes y fuera del uso adecuado del parque, ya hicieron sentir sus protestas a través de una nota presentada al HCD y al Ejecutivo.
Sucede que en realidad el club tiene la concesión de los terrenos para la práctica de deportes según el pliego: dichos terrenos pertenecen al Estado Municipal que otorgó un permiso para la práctica deportiva y no para el alquiler del espacio para eventos masivos de esta naturaleza.
Aún a sabiendas de esto, el oficialismo intentó presentar en el Concejo Deliberante una escena en la que los organizadores de la fiesta explicaban qué iba a pasar, en un movimiento que pareció más un intento publicitario desde los organismos oficiales que una aclaración real de las evidentes irregularidades que presenta el episodio.
"La fiesta se hace el 25 de febrero a las 11 de la noche en el predio del Club Villa Díaz Vélez. Es un evento de música joven a donde se encuentran muchas personas a pasarla bien en un ambiente amigable donde no hay restricciones de ropa, donde la gente se siente cómoda en un ambiente super amigable", expresó Marcelino Etcheto, promotor local de la fiesta, a quién la prensa del HCD habilitó el micrófono para publicitar el evento (escuchar audio al final de esta nota).
En el marco de las quejas, en ningún momento las autoridades ofrecieron mayores explicaciones públicas y el funcionario del Ejecutivo enviado a la reunión, Juan Manuel Laportilla, estuvo presente para dar un marco de ajuste a las normas que en sólo existe en un relato.
Vecinos y ambientalistas
Además de las quejas de los vecinos del barrio, desoídas completamente por las autoridades en el pasado, también hay observaciones de las organizaciones ambientalistas de la ciudad, que ya presentaron una nota dirigida al intendente Arturo Rojas y al presidente del Concejo Deliberante, Guillermo Sánchez, para expresar su "absoluta oposición al evento".
En la nota presentada por Mesa de Entrada de la Municipalidad la agrupación Bosque y Comunidad y un vecino particular, el ingeniero forestal y ambientalista José Garcés, incluso señalaron que "parecería casi innecesario tener que justificar la negativa a tal actividad", ante lo evidente de lo descolocado de la iniciativa del oficialismo de promover la fiesta.
Incluso ha resultado inexplicable que los organizadores de una fiesta privada se presentaran en una Comisión de Cultura cuando el evento es una fiesta privada con fines de lucro y no un evento de interés cultural para toda la comunidad.
"A la luz de los ejemplos de otras fiestas BRESH realizadas en otras ciudades se evidencia que la cantidad de gente que asisten a las mismas maximiza los riesgos que conlleva que esta actividad sea desarrollada en un medio rodeado de árboles, arbustos y pastos (agravado por la sequía existente), sin olvidarnos de sus moradores, animales de diferentes especies y en particular los pájaros que serían especialmente afectados", relataron en su nota, mostrando lo obvio.
"Los ruidos (sonidos) a altísimos decibeles, griterío de personas, luces de colores de largo alcance, son totalmente inapropiados para el Parque Miguel Lillo y por otra parte el riesgo de incendio derivado de los cigarrillos que se pudieran tirar en el lugar o fuera de él parecerían cuestiones insalvables para permitir la realización del evento, porque son cosas que CON SEGURIDAD OCURRIRÁN. Lo dicho solo indica que EL RIESGO DE DETERIORO O DESTRUCCIÓN DE UN BIEN PÚBLICO, es un HECHO del que deberán hacerse responsables quienes aprueben este emprendimiento permitiendo el desarrollo de la mencionada fiesta en el CLUB VILLA DIAZ VELEZ", acotaron los firmantes.
Posible amparo
Las diferentes agrupaciones ya están elaborando un pedido de amparo para evitar el daño que se produciría por realizar una fiesta de esta magnitud en el predio no autorizado para ese uso. En el pasado las agrupaciones ya consiguieron detener el daño causado por la iniciativa del club de quedarse con terrenos del vivero municipal para instalar canchas de tenis surgidas de una iniciativa privada bajo la pantalla del desarrollo del club.
"Podemos seguir enumerando cuestiones legales, dado que el Club no tiene por el contrato de concesión, habilitación para hacer fiestas privadas, mucho menos en la cancha de fútbol. NO PUEDE NI DEBE PERMITIRSE UNA ACTIVIDAD PRIVADA ABSOLUTAMENTE RIESGOSA para nuestro parque público", señalaron en su nota.
"La habilitación municipal para FIESTAS PRIVADAS se otorga a lugares preparados para tal fin, y NO EN LUGARES PÚBLICOS CONCESIONADOS CON FINES DEPORTIVOS. Por lo dicho solicitamos que en forma perentoria se niegue la autorización municipal para este evento en el Parque Miguel Lillo", anunciaron.
En su nota los firmantes explicaron además una serie de normas de cuidado ambiental que las autoridades deben respetar y hacer cumplir, incluso siendo pasibles de penalizaciones por esas acciones, algo que desde el Ejecutivo a cargo de Rojas y desde el Concejo Deliberante presidido por Sánchez parecen desconocer abiertamente, dato curioso si se toma en cuenta que ambos son abogados formados para el cumplimiento de la ley. Vale la aclaración: fiestas de esta naturaleza ya fueron suspendidas en Chapadmalal esta temporada por las quejas de los vecinos y ambientalistas, razón por la cuál la versión local podría haber tomado su curso, reiterando el panorama en el que se encuentran con resistencia.
La iniciativa se promueve a viva voz desde el sector que acompaña al intendente Rojas, de estrechos lazos con el el club que intenta dar lugar a la fiesta y que busca conseguir permisos para sentar un precedente de nuevas fiestas masivas en predios concesionados para otros fines. En el camino una vez más el oficialismo parece querer plantearse por encima de la ley, interpretando que los permisos concedidos por una autoridad municipal están por encima de las normas provinciales y nacionales vinculadas tanto al medio ambiente como al uso de los espacios públicos y las concesiones.
Al igual que con las canchas de tenis, Nueva Necochea propone el uso privado de espacios públicos como si fuera un beneficio para toda la comunidad, sin tener en cuenta que los únicos que estarían de acuerdo con la celebración de una fiesta masiva en medio del parque son los propios organizadores y los eventuales participantes del festejo. Mientras tanto, el resto de la comunidad entre vecinos molestos con los ruidos y ambientalistas que dan voz a las responsabilidades que deben tener las autoridades, buscan evitar un nuevo atropello que desde la gestión municipal intentan presentar y promocionar como un evento deseable, ficcionando apoyos y usando los organismos oficiales como escenario para sus pantomimas.