Narcomenudeo y extorsión

Un necochense condenado por homicidio y desaparición sería el líder de la banda de narcopresos de Batán

viernes, 24 de noviembre de 2023 · 11:43

La Justicia de Mar del Plata desbarató esta semana una banda de narcopresos que operaba desde Batán y se dedicaba a la venta de drogas dentro y fuera del penal y también a la extorsión bajo la modalidad "sexting", que consistía en el intercambio de fotos íntimas con personas simulando ser una mujer y a quienes luego les exigían una suma de dinero para no revelar el material. Los narcopresos utilizaban a sus parejas y familiares como cómplices para narcomenudear e ingresar los estupefacientes a la prisión.

La investigación, que contó con el apoyo de la Policía Bonaerense, reveló una banda sumamente organizada. A través de escuchas telefónicas se pudo establecer los vínculos entre los sospechosos y confiirmar las sospechas que pesaba sobre los internos. La fiscal Romina Díaz, quien lleva adelante el caso junto a su par Leandro Favaro, dispuso 9 allanamientos -uno de ellos realizado en nuestra ciudad- donde secuestraron drogas, celulares y otros elementos de interés para la causa.

Se cree que uno de los líderes de la banda sería un hombre identificado como Carlos Tótaro, uno de los condenados a perpetua por el crimen y desaparición de Norberto Baio, un joven de 22 años que está desaparecido desde el año 2012 y del cual nunca se ha tenido rastro de su cuerpo. Este homicidio representa una de las páginas más dolorosas de la historia policial local, dado lo siniestro del caso.

Crimen y desaparición de Norberto "Bebo" Baio

El joven de 22 años fue asesinado en la madrugada del 15 de abril de 2012, luego de participar de una cena en la casa de uno de los hermanos Tótaro. Norberto Baio había concurrido a esa cena sin sospechar cuál sería su destino. Una vez allí, alguien lo acusó haber "cortado mal la bocha", lo que le provocó a uno de los implicados una intoxicación por ingesta de drogas que casi le cuesta la vida. Esto resultó ser fatal para Baio, quien fue salvajemente golpeado en una vivienda de Avenida 91, entre 64 y 66, y luego rematado a puntazos en un terreno baldío.

El cuerpo del joven nunca apareció, pese a los rastrillajes realizados en los años posteriores al hecho y a la recompensa ofrecida en su momento por el Ministerio de Seguridad bonaerense. Existen diferentes versiones acerca del destino que tuvo el cadaver del joven. Una de ellas indica que fue descuartizado y arrojado a un criadero de cerdos, que habrían comido los restos en cuestión de horas. Lo cierto es que los acusados (Carlos y Matías Tótaro y Nahuel Falcón) nunca revelaron ningún detalle del crimen. El testimonio de una joven que fue testigo resultó clave para que la Justicia pudiera establecer qué sucedió aquella noche.

Narcopresos

Según consta en las escuchas telefónicas, republicadas por el diario marplatense La Capital, los internos le pedían a sus parejas, quienes estaban fuera de la cárcel, que ingresen la droga en sus vaginas o en el estómago. Una vez dentro, se quitaban los envoltorios o los vomitaban y les pasaban la sustancia a los internos, quienes la revendían intramuros. 

En esas escuchas quedó demostrado, también, que Carlos Tótaro, el interno necochense, condenado por el crimen y desaparición de Norberto Baio, aprovechaba su rol dentro de la Cooperativa Liberté -un programa para la reinserción social de los detenidos creado por el fallecido juez, Mario Juliano, uno de los integrantes del tribunal que condenó a Tótaro- para distribuír los estupefacientes dentro del penal. En los audios, se lo escucha al necochense pedirle a su pareja que le ingrese "algo ilegal" y agrega: "Imaginate un pene de nylon, lo vas a tener que entrar así vos… El tema es que son dos componentes, dos polvillos, por eso después yo lo tengo que mezclar, viste, depende… Un producto se compra para venderlo y el otro es un corte, una fantochada que hacemos para aumentar la cantidad de producto y poder ganar más"

La mujer finalmente fue detenida en junio pasado de camino a la Unidad Penal N°15 y le fue descubierta una importante cantidad de cocaína.

Otro delito que se les atribuye es el de la extorsión bajo la modalidad "sexting". Los internos creaban perfiles falsos de mujeres en redes sociales y captaban víctimas, a quienes engañaban y les pedían fotos íntimas. Luego, les exigían sumas de dinero para no revelar ese contenido. En las requisas se secuestraron celulares en los que tenían las cuentas de las billeteras virtuales a donde enviaban ese dinero ilícito. 
 

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