UNA MÁS Y VAN...
Pileta, bares, gimnasio y restaurantes: La promesa electoral del intendente Rojas si finalmente entrega el Casino
La pulsión de la dirigencia política local de realizar promesas exhuberantes y recubiertas de propaganda mediática pautada es una constante en Necochea que encuentra ejemplos mucho más frecuentemente de lo deseable, con las posteriores decepciones que se han ido sucediendo a lo largo de décadas, cuando los avisos de propaganda terminan contrastando notablemente con el resultado.
Sin duda alguna el gobierno municipal de Arturo Rojas y Nueva Necochea ha sido un claro ejemplo de ello: mientras presenta tareas de mantenimiento normales del municipio como si fueran "pequeñas obras que transforman" la gestión del intendente no tiene una sola cuadra de asfalto nueva en los 3 años que lleva de mandato y el trabajo más importante realizado fue la renovación (aún sin terminar y sin inaugurar) de la vereda costanera.
La instalación de visibles carteles, la pintura para cordones y sendas peatonales y el recambio de luminarias en las calles fue lo poco que realizó hasta el momento una gestión que prometió convertir a Necochea en la ciudad más importante de la Costa Atlántica. Como contraparte, el turismo se ha visto resentido por la falta de seguridad y servicios brindada a los visitantes; mientras que los necochenses siguen sufriendo los frecuentes cortes de suministro de agua, la limitadísima atención del sistema de salud público y, en definitiva, la misma lista de problemas que sufre el distrito hace décadas.
En ese contexto es que el intendente Rojas se presentó en el Casino de la ciudad este fin de semana para el lanzamiento de la "primera bola" de una sala de juegos que tiene apenas un puñado de ruletas y un par de mesas de cartas como toda oferta, todo producto de un abandono del lugar que se profundizó visiblemente desde que un incendio intencional nunca resuelto acabó con el Teatro Auditorium del complejo. Como Rojas y su equipo fracasaron notablemente en su intento de vender el complejo en medio de la pandemia y sin mayor debate, la intención clara fue dejarlo abandonado, sin ninguna clase de mantenimiento mínimo, sin siquiera remover los vidrios rotos o brindar seguridad al predio que evitara actos de vandalismo.
Suspendido su intento inicial de venta "por la ventana" (un proceso judicial iniciado por los vecinos reveló que la Municipalidad intentó vender una usucapión), la gestión se vio forzada a responder a las obligaciones que le impuso el gobierno provincial para que se reabriera la sala de juegos, con tareas de mantenimiento mínimas que acondicionaran aunque sea parte del sector donde está el salon de juego. A cambio la provincia aceleraría los trámites para entregar la escritura por los terrenos del playón de estacionamiento del predio, lo que permitiría retomar las intenciones de concretar las intenciones de venta.
Los trabajos se iniciaron tarde, recién en diciembre, y los trabajos fueron licitados a la empresa constructora preferida de la gestión, la otrora quebarada Vícoli SRL (revivida por obra y gracia de la obra pública adjudicada en tres años por el intendente): para la propaganda municipal el presupuesto de 17,5 millones de pesos lucía "desactualizado" cuando inició la licitación, por lo que concedió la obra a la oferta de Vícoli que era de 28 millones de pesos. Posteriormente y sin dar mayores explicaciones, la Comuna anunció que el gasto sería de 22 millones.
La promesa
Con escuetas declaraciones del intendente, que a pesar de la importancia del tema ha sido reacio a dar demasiadas explicaciones sobre lo que está haciendo en este tema, la propaganda municipal trazó una difusa línea de compromiso de la gestión con el futuro del Casino.
“Había un compromiso con la Provincia de avanzar con la tercera escritura del Complejo, que ya la tenemos, y también hay una decisión política de la Provincia de avanzar con la licitación de las tragamonedas en los próximos meses, mientras que el proyecto nuestro es volver a avanzar con la búsqueda de inversores”, señaló a su aparato propagandístico el intendente.
"Hoy el mismo grupo que estuvo interesado en su momento (Casinos Victoria) volvería a participar y después veremos si se suma alguien más con la posibilidad de reconstruir el Complejo Casino, hacer un desarrollo urbanístico y darle toda una dinámica al con torres, gimnasio, restaurant, salón de recreación, pileta, bares y unidades de sombra a través de un balneario moderno y mucho más amigable con el ambiente que el exACA”, mencionó el intendente adelantando una nueva promesa electoral.
El uso de los términos "búsqueda de inversores" podría bien referirse a "compradores", dado que la única idea que ha presentado la gestión de Rojas para el lugar fue la de venderlo tras un sospechoso incendio por el que nunca buscó explicaciones y por el que cobró un seguro cuyo monto no usó para reparar el teatro incendiado tal como estaba estipulado por decisión del HCD. Redoblando la apuesta, el intendente además ha incluído al ex Balneario ACA en la volteada, formando un paquete de edificios que abandonó sin más y ahora intenta entregar a precio de ruina.
¿Venta o entrega a cambio de la deuda de la basura?
“La decisión política está firme y por más trabas que quieran poner se seguirá avanzando”, concluyó Rojas con un nuevo tiro por elevación: las "gestiones" para la venta express que intentó imponer en 2020 solo fueron frustradas por un proceso judicial que reveló que la Municipalidad intentó vender una usucapión al oferente, provocando la caída inmediata del negocio. Desde la perspectiva del Jefe Comunal, fueron los vecinos que detectaron las irregularidades los que ponen trabas y hasta el momento no se oyó ninguna clase de autocrítica sobre los movimientos desastrosos (y cuasi fraudulentos) que hicieron sus funcionarios para tratar de forzar la entrega.
Las declaraciones de Rojas van en el mismo sentido de la mayoría de sus promesas electorales, casi todas incumplidas (recordar la reconstrucción del Puente Ezcurra), aunque dan la pauta de que las intenciones de entregar el Complejo siguen intactas, aún si la entrega no genera beneficios para la Comuna como había sido planteado en un primer momento para que su vecinalismo no dependiera como lo hace de los envíos de fondos de la provincia.
Necesitado de anuncios y, a la vez, apremiado por el negocio pendiente, el perfil de la entrega ahora podría tener que ver con un negociado vinculado a la deuda de recolección de basura: aunque por ahora fue solo mencionado al pasar, la Comuna bien podría ceder parte del complejo a cambio de la deuda de 948 millones de pesos que reconoció a la empresa RELISA por un servicio de disposición final de residuos que nunca se realizó.
Si bien durante la votación del nuevo convenio de la basura parte del radicalismo intentó poner un límite a la posibilidad de que la deuda fuera vendida a terceros que luego podrían reclamar bienes de la ciudad para cobrar, el oficialismo de Nueva Necochea se negó a esa simple modificación del acuerdo, dando la pauta que no le interesa evitar que la deuda fuera tercerizada y luego reclamada por terceros completamente ajenos al entuerto inicial que plantea la clarísima ilegitimidad de la deuda en principio.
Así, la gestión del intendente Rojas pretende avanzar en la iniciativa de entregar el Complejo Casino y a pesar de las promesas, anuncios y propagandas, lo cierto es que entre el abandono y las "búsquedas de inversores", todas las evidencias apuntan a que el intendente está casi listo para entregar el complejo a cambio de la deuda, concretando algo que se parecería mucho a una estafa si no fuera porque está recubierto de propaganda oficial y complicidad mediática sin precedentes en la ciudad.