Salud en crisis: Un empleada del CAPS del Barrio San Martín se electrocutó porque no hay mantenimiento en el edificio
Una grave denuncia se produjo a comienzos de semana cuando se conoció un episodio por el que una empleada administrativa que realizaba sus tareas en el Centro de Atención Primaria de Salud (CAPS) del Barrio San Martín se electrocutó mientras trabajaba en su escritorio.
Según pudo saber Cuatro Vientos, la empleada Patricia Fioriti recibió este viernes una descarga eléctrica mientras trabajaba sentada en su escritorio. Aparentemente, la descarga se produjo por un desperfecto en el tendido eléctrico del edificio, que no cumple con las medidas de seguridad mínimas para trabajar.
Si bien la empleada lesionada es delegada del Sindicato de Trabajadores Municipales, no hubo mayor acción de la entidad hasta el momento. En el lugar cualquier testigo puede constatar la presencia de cables pelados y un tablero muy antiguo que pone a las claras la situación de riesgo a la que están sometidos tanto los empleados del lugar como los pacientes y vecinos que se acercan a atenderse.
Quien sí tomó acción fue la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), que envió una nota al Ejecutivo para reclamar respuestas por esta situación. En una nota enviada a la Secretaría de Gobierno en persona de la señora Gabriela Góngora, ATE solicitó "que se cumplan con las medidas de seguridad y control s delas instalaciones eléctricas" en el CAPS.
El sindicato además solicitó "relevamiento y control de seguridad e higiene para todos los sectores municipales y con esto prevenir situaciones de riesgo en el ámbito laboral". La nota lleva la firma expresa de la Secretaria General Claudia Van Der Vluet; el secretario general de la Junta Interna Municipal de ATE, Mario Hormaechea; y la secretaria general adjunta de la Junta Interna Municipal, Silvia Sosa.
Las últimas tareas de mantenimiento sobre el CAPS se realizaron en marzo del 2018, con tareas de embellecimiento tan frecuentes cada vez que la Comuna intenta dar la impresión de gestión abocada.
El caso de la empleada del CAPS recuerda a otro similar sucedido en la Escuela Municipal de Arte en 2018, cuando una empleada de limpieza se electrocutó al tocar una canilla que estaba en contacto con cables viejos. En aquella oportunidad, tras la intervención de ATE, la Comuna comenzó a realizar tareas de mantenimiento que acondicionaron las instalaciones para que el caso no se repitiera.
Renuncia de médicos
Mientras ATE denuncia y exige controles sobre las instalaciones del CAPS San Martín por lo sucedido, la crisis en el ámbito de salud del distrito empeora diariamente sin mayor acción del Estado Municipal, cuya toda respuesta ante cada episodio suele ser la denuncia de "intencionalidades políticas" en las denuncias, ataques mediáticos y en las redes sociales contra las voces críticas o, en la mayoría de los casos, un preocupante silencio.
Así, apenas se conoció la renuncia simultánea de tres médicos clínicos del sector 2 del Hospital Dr Emilio Ferreyra, el silencio de las autoridades de Salud frente al agravamiento del panorama fue compensado con una avanzada en redes sociales tratando de endilgar a los galenos su falta de compromiso, en una muestra más de las formas de escarnio anónimo y sistemático que ha elegido la gestión Rojas para tratar de disciplinar a propios y ajenos.
Aunque ni la secretaria de Salud Andrea Perestiuk (quien en plena campaña electoral en 2019 se mostraba tan preocupada por las condiciones de trabajo de los médicos en el hospital) ni el propio intendente Arturo Rojas ofrecieron alguna declaración sobre el tema, siguiendo la misma línea de evitar de darle volumen a la situación, como ha hecho en otras oportunidades como las vcunaciones VIP, la falta de insumos y especialidades en el Hospital y hasta algunos casos de mala praxis que terminaron de la peor manera.
Para el caso de los tres médicos clínicos que a partir de noviembre dejarán sus puestos, las razones fueron explícitas: los profesionales están cansados de los maltratos a los que han sido sometidos por un aparato de funcionarios nombrados durante la gestión Rojas que sólo incrementaron la estructura burocrática del hospital con cargos creados para responder a los amigos.
En el Hospital Municipal de Necochea la situación de destratos permanentes sobre los profesionales es una práctica habitual que se corresponde con las amenazas de escarnios en las redes sociales y medios amigos. La situación se ha deterioriado tanto y ha empeorado tanto el panorama de salud en la ciudad que resulta aún más preocupante la falta de reacción del Ejecutivo, actualmente enfocado en una campaña reelectoral adelantada que vive su propia realidad paralela, ajustada a su propio relato y desfasada de los reclamos de la población.