Presupuesto participativo: Pura campaña, gestiones dilatadas y una plaza que costará 3 veces más de lo previsto

miércoles, 19 de octubre de 2022 · 12:15

El uso de herramientas del Estado para hacer campaña proselitista ha sido una de las características del intendente Arturo Rojas incluso desde antes de asumir en la intendencia del distrito en diciembre del 2019: con dineros del Estado Rojas financió aquella campaña y hace exactamente lo mismo para su reelección tres años después, aunque con dificultades diferentes impuestas por un flujo de caja mucho más acotado.

Es que para su elección Rojas gastó cientos de miles de dólares (en la terminal se habla de más de 300 mil) del Consorcio en una serie de contratos que no sólo pagaron propaganda en medios de comunicación que hoy forman parte de su aparato de prensa en la municipalidad, sino que además promovió acciones que nada tienen que ver con las actividades portuarias, como la instalación de luces de colores en silos, la construcción de un paseo turístico exclusivo para la campaña que hoy quedó completamente abandonado y demás acciones vistosas que no sólo fueron parte de su campaña sino que además dejaron fuertemente endeudado al Consorcio portuario.

Es con ese antecedente que ahora la estrategia se repite en la Municipalidad de Necochea, con un fuerte gasto en propaganda, eventos y "gestiones" visibles que poco y nada aportan a la resolución de los problemas reales de la ciudad. Como ejemplo, la realización de una fastuosa fiesta de aniversario de la ciudad, que tuvo gastos multimillonarios y serias sospechas de sobreprecios en algunas contrataciones, no le va en saga al deteriorado sistema de salud, con empleados electrocutándose en sus oficinas, renuncias de médicos por malos tratos y constantes denuncias de desabastecimiento de insumos básicos en el hospital.

El espíritu proselitista de la gestión dirige completamente la agenda de manera que los gastos se direccionan con esas intenciones, algo que genera incluso que las cosas cuesten hasta tres veces más de lo previsto, como en el caso de los recursos destinados a la plaza del Villa La Florida, en 117 y 46.

La Comuna ha usado el presupuesto participativo como una herramienta de campaña, disponiendo de los fondos para mostrar gestión en esa lógica de mostrar obras sin importar los tiempos ni el costo para el erario público... literalmente los anuncios y avances se hacen en virtud de la agenda de anuncios proselitistas y cuando es necesario mostrar acción, allí va la propaganda a publicar reportes de prensa. Tal es así que recientemente anunció que un pequeño sector de juegos en un cuarto de manzana en el barrio pasará de costar 650 mil pesos a 2 millones de pesos, más de tres veces lo estipulado en 2021, cuando se dio curso al proyecto.

En el camino, la obra no es más que la instalación de tres juegos infantiles, dos luminarias y un cordón de adoquines sobre un pequeño terreno apisonado, que lleva más de tres meses de trabajos postergados. Teniendo en cuenta la urgencia que plantea la inflación y sirve de excusa para inflar practicamente todos los presupuestos que está presentando, la Comuna pareciera más interesada en su agenda de anuncios esporádicos que la mantienen con una agenda vistosa que acelerar el paso para ahorrarse lo que cuestan los incrementos en el precio de las cosas.

La propaganda, por supuesto, le va en saga: bajo el título "Avanza obra en Villa la Florida por el Presupuesto Participativo", el reporte de prensa mostró (de nuevo) a dos funcionarios recorriendo el lugar mientras una cuadrilla colocaba adoquines. Fue el propio Lisandro Dones, director de Hábitat y Vivienda, el que reiteró el anuncio y señaló el incremento del costo que será más de tres veces lo planteado originalmente, aún cuando la inflación en el período que va desde que se presupuestaron los trabajos no alcanza al 80%.

“En un principio era de 650.000 pesos pero por este proceso inflacionario que estamos viviendo terminaremos invirtiendo unos 2 millones”, explicó el funcionario haciendo un cálculo propio de la gestión, que desde principios de año ha usado la inflación como explicación de todos los incrementos aún a pesar de los evidentes atrasos.

Así las cosas, el gasto en las obras no tiene los cuidados que mereciera la administración de fondos públicos y sigue un patrón de gastos de campaña como si fuera dinero propio. En el camino, casi todas las obras anunciadas van camino a quedar inconclusas, como en el caso de la renovación de la avenida 2, que aún falta terminar el tercer tramo; la urbanización de Los Malvones, con serios defectos constructivos; y la más que probable caída de la licitación de asfalto de 5 cuadras de avenida 58, que en rigor de verdad serían las únicas cuadras de asfalto nuevo que podría presentar Rojas en toda su gestión. Eso sí, las empresas constructoras amigas ya percibieron todos los adelantes y cobraron la totalidad de los trabajos.

 

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