Trasladaba de rehén a su novia en un auto, lo detuvieron y golpeó fuertemente a un oficial
Un hecho estremecedor tuvo lugar en plena vía pública cuando un joven protagonizó un violento incidente que dejó a todos atónitos a escasos metros de la transitada avenida 10, en la intersección con la calle 81. Un Fiat Uno de color rojo se convirtió en el escenario de una situación de secuestro que dejó en vilo a quienes fueron testigos de los angustiantes gritos provenientes del interior del vehículo.
El episodio comenzó cuando los vecinos alertaron a las autoridades sobre los desesperados gritos de una persona que provenían del asiento trasero del automóvil. Los uniformados del Comando de Patrullas, pertenecientes a las zonas 12 y 13 de la jurisdicción de la Comisaría Tercera, acudieron rápidamente al lugar en respuesta al llamado de emergencia al 911. Sin embargo, al llegar al sitio reportado, el vehículo ya no estaba allí.
No obstante, minutos después pudieron avistar el Fiat Uno poco después, mientras se desplazaba a gran velocidad por la calle 81, cruzando apresuradamente la avenida 10 en un intento de huir. Los oficiales activaron las balizas lumínicas y la sirena sonora en un esfuerzo por detenerlo, y finalmente, lograron que el joven conductor se detuviera.
Al aproximarse al vehículo, los agentes se encontraron con una escena desgarradora: una joven estaba acostada en el asiento trasero, con gestos de angustia, gritando y llorando, implorando desesperadamente que la liberaran. Rápidamente, los oficiales solicitaron refuerzos para manejar la delicada situación.
En un giro aún más impactante, el joven agresor no mostró intenciones de entregarse pacíficamente. Al contrario, se volvió extremadamente hostil y arremetió físicamente contra uno de los agentes del Comando de Patrullas. El oficial, decidido a mantener el control de la situación, intentó identificar al agresor, pero fue brutalmente golpeado en el rostro, dejándolo herido y requiriendo atención médica en la guardia de emergencias del Hospital Municipal.
Finalmente, los agentes lograron controlar la situación y detener al joven violento por el delito de "resistencia a la autoridad". No obstante, el drama no había terminado, ya que durante el proceso de esposarlo, el agresor comenzó a sufrir un episodio de descompensación con síntomas de convulsión y temblores. Por razones asistenciales, se le quitaron las esposas para permitir una adecuada atención médica posterior.
Tras el impactante incidente, la joven liberada fue invitada por el personal policial a radicar la correspondiente denuncia en la Comisaría de la Mujer y la Familia. Este paso resulta fundamental para dar inicio a una investigación y para que se tomen medidas legales contra el captor.
