Identificaron a un necochense desaparecido durante la dictadura militar
El juez federal Ernesto Kreplak anunció recientemente un logro en la búsqueda de justicia y verdad para las víctimas de la última dictadura militar en Argentina. En un hecho que conmueve profundamente a la sociedad, se logró identificar a dos militantes gremiales que habían sido secuestrados en junio de 1976. Uno de ellos, Oscar San Pedro, era un necochense que hasta ahora permanecía desaparecido. La noticia representa un pequeño pero importante avance en el largo camino hacia el esclarecimiento de los crímenes cometidos durante ese oscuro período de la historia argentina.
Oscar San Pedro, nacido en Necochea el 21 de diciembre de 1943, vivía en Villa Luzuriaga, partido de La Matanza, al momento de su secuestro. Se desempeñaba como chofer de colectivos en la empresa "La Cabaña" y era delegado gremial de la Unión Tranviarios Automotor (UTA). En los años previos a su desaparición, San Pedro había abrazado la militancia peronista, una decisión que lo convertiría en objetivo del aparato represivo de la dictadura militar.
Un largo proceso de identificación
El camino para identificar los restos de Oscar San Pedro ha sido largo y complejo. La intervención del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) y del Ministerio Público Fiscal (MPF) fue crucial para lograr este avance. Tras una investigación minuciosa, se determinó que el cuerpo de San Pedro había sido hallado carbonizado una semana después de su secuestro en el cruce de las rutas provinciales 6 y 53, en el partido de Brandsen. Durante más de cuarenta años, su cuerpo permaneció enterrado como NN en el cementerio de La Plata, hasta que finalmente fue identificado.
En ese mismo lugar y bajo similares circunstancias, se encontraron los restos de Walter Zaporta, compañero de trabajo y militancia de San Pedro. Ambos fueron detenidos el 4 de junio de 1976 y desde entonces sus familias no supieron nada de su paradero. El trabajo de identificación de Zaporta también fue posible gracias al análisis de un mechón de pelo conservado en un sobre que formaba parte de un expediente judicial. Esta fue la primera vez que se utilizó ADN obtenido de un sobre archivado en una causa judicial para identificar a un desaparecido, lo que marca un hito en las investigaciones de los crímenes de lesa humanidad en el país.
El secuestro de Oscar San Pedro
La desaparición de Oscar San Pedro ocurrió en el marco de la brutal represión ejercida por la dictadura militar. El 4 de junio de 1976, un grupo de más de siete personas vestidas de civil irrumpió en su domicilio en la calle Miguel Cané 1825, en Villa Luzuriaga. Estos individuos, presumiblemente miembros del Regimiento N° 3 de La Tablada, se movilizaban en tres vehículos Rambler de color rojo, sin identificación oficial. Tras ese violento operativo, San Pedro fue llevado a un destino desconocido y no se lo volvió a ver con vida. Algunos sobrevivientes de centros clandestinos de detención mencionaron haber oído su nombre en la División Cuatrerismo (Brigada Güemes), lo que sugiere que podría haber estado detenido en ese lugar.
El caso de San Pedro es uno de los miles que simbolizan la política sistemática de desaparición forzada implementada por el régimen militar. Su condición de delegado gremial y militante peronista lo convirtió en blanco de la persecución política, en una época en la que cualquier forma de oposición al régimen podía resultar en secuestro, tortura o muerte.
La conexión con Necochea
Oscar San Pedro había nacido en Necochea, aunque se desconoce con exactitud en qué momento de su vida dejó la ciudad para radicarse en el conurbano bonaerense. Lo cierto es que su nombre ahora se suma a la lista de 36 necochenses desaparecidos durante la dictadura, según los registros de la Agrupación Hijos Necochea y el Archivo Municipal por la Memoria. Estos números incluyen no solo a aquellos que fueron secuestrados en la ciudad, sino también a quienes, como San Pedro, habían nacido en Necochea pero fueron desaparecidos en otros puntos del país. También se consideran en esta lista a quienes tuvieron algún vínculo con la ciudad, ya sea porque vivieron aquí por un tiempo o porque mantenían lazos familiares o laborales.
Manuel Ibañez, miembro de la Agrupación Hijos Necochea, comentó que hasta el momento no se ha encontrado ningún familiar directo de Oscar San Pedro en la ciudad, lo que dificulta en parte el proceso de reconstrucción de su historia personal.
Un paso más en la búsqueda de la verdad
El proceso de identificación de Oscar San Pedro y Walter Zaporta es un ejemplo del incansable trabajo que llevan adelante organismos como el EAAF y las fiscalías de derechos humanos. En este caso, la Unidad Fiscal de Derechos Humanos de La Plata trabajó en conjunto con el departamento histórico judicial de la Corte Suprema y la Procuraduría de Crímenes Contra la Humanidad (PCCH). Fue a partir de la identificación de un expediente iniciado tras el hallazgo de los cuerpos en Brandsen que se pudo avanzar en la causa.
El expediente contenía detalles como la ubicación exacta donde fueron encontrados los cuerpos carbonizados, así como un mechón de cabello que permitió la identificación de Zaporta. En el caso de San Pedro, su identificación se logró gracias a las huellas dactilares que habían sido registradas en el expediente judicial.
Necochea y la memoria
Necochea, como tantas otras ciudades argentinas, guarda en su memoria las heridas de la dictadura militar. La identificación de Oscar San Pedro es un paso más en la tarea de reconstruir la verdad y honrar la memoria de los desaparecidos. La Agrupación Hijos Necochea y el Archivo Municipal por la Memoria trabajan incansablemente para mantener viva la historia de las víctimas locales y difundir sus historias a las nuevas generaciones.
A través de herramientas como el Mapa local por la Memoria y un cuadernillo que detalla los nombres y las historias de las víctimas, la comunidad de Necochea busca preservar la memoria colectiva y garantizar que estos hechos atroces no se repitan nunca más.
