Fumigaciones: Un acuerdo entre vecinos y un productor local que podría dar vuelta la historia

domingo, 25 de agosto de 2024 · 13:05

El caso del Barrio Tigre Dientes de Sable, con entrada en Avenida 58 y calle 123 se presenta como un cierto reflejo infrecuente de cómo se están planteando conflictos entre una ciudad que se sigue expandiendo de manera desordenada y su encuentro con la actividad agrícola, sus formas de producción y, en general, el comportamiento de parte de la cadena agroexportadora que logra ver que el cuidado del medio ambiente es tanto una cuestión de salud como de civilidad... e incluso de manejo inteligente de su propio capital.

Desde hace tiempo los vecinos del creciente barrio Tigre Dientes de Sable (llamado así por un importante hallazgo arqueológico en uno de sus terrenos) han iniciado una serie de gestiones en diferentes ámbitos para conseguir que se detengan las fumigaciones que se realizan permanentemente en campos aledaños, sin demasiado respeto por las "buenas prácticas" de aplicación de fitosanitarios, y con consecuencias sobre la salud de los vecinos que tienen efectos muy nocivos a largo plazo.

El barrio está creciendo muy rápido y en menos de 5 años pasó de ser un páramo deshabitado a convertirse en una pujante comunidad que tiene sus 8 manzanas ocupándose rápidamente con casas nuevas o en construcción. El grupo de vecinos del barrio en WhatsApp tiene más de 200 miembros que se han mostrado muy activos para paliar algunos de los inconvenientes que atraviesan, desde una "vigilancia ciudadana" contra la inseguridad hasta la junta de firmas y algunas gestiones exitosas para solicitar a la Comuna alumbrado y mantenimiento de calles.

La unión de los vecinos consiguió ahora un acuerdo con un productor vecino para que se reduzcan las fumigaciones tóxicas en la zona: dialogando con el productor Marcos Iriberri, que tiene unas 16 hectáreas de campo frente al barrio, llegaron a un acuerdo que beneficia a todos.

Por un lado, Iriberri se comprometió a reducir sustancialmente las fumigaciones tóxicas redirigiendo su forma de producción a productos más "verdes", puntualmente, specialties de cebada, que requieren el cumplimiento de ciertos estándares de calidad que incluyen el uso de determinados químicos más amigables con el ambiente y, en definitiva, con la salud de las personas.

Con un plan contemplado a 3 años, el tiempo mostrará qué tan sustentable es la propuesta, aunque hay un entusiasmo genuino en el productor sobre esta idea. Por parte de los vecinos, hay satisfacción y expectativas por el acuerdo, por lo que esperan conseguir compromisos similares con el resto de los productores vecinos, cada uno de ellos en su propia situación particular.

El barrio está en el límite entre el campo y la ciudad, pero a 5 minutos del centro

En la búsqueda de diálogo, luego de hacer presentaciones formales al estado municipal dejando constancia de sus reclamos, los vecinos del barrio se interiorizaron en la situación particular de cada productor de la zona para buscar acuerdos de convivencia: la idea no es hacer que los productores dejen de trabajar la tierra, sino que adapten su trabajo a formas que no perjudiquen tan drásticamente a sus vecinos.

Vale recordar que apenas a 10 cuadras del barrio está la escuela Almafuerte donde dos chicos sufrieron intoxicaciones por agroquímicos que se depositaron en el patio de la escuela tras una fumigación.

En ese sentido es que se ha conversado con los productores y, en principio, el acuerdo con Iriberri representa un posible ejemplo a seguir, lo que ya de por sí es visto como un éxito por los vecinos.

Aunque las posibilidades de adaptación de cada productor difieren notablemente (no son iguales, por ejemplo, la postura y los intereses de un productor dueño de la tierra que la de un arrendatario), el camino que trazan los vecinos del barrio Tigre Dientes de Sable e Iriberri podría ir ensanchándose, influyendo con su ejemplo a otros productores en otros barrios a hacer lo mismo.

Incluso más, el caso podría marcar un rumbo a funcionarios del Estado para que lleguen a cumplir su función de articular los intereses de los distintos sectores de la comunidad y conseguir una convivencia sana, sobre todo en donde los límites de la ciudad se encuentran con su motor productivo.

 

Otras Noticias