El peor Festival Infantil de los últimos 10 años: ¿La Muni quiere dejar de organizarlo?

Prácticamente desde la salida de la pandemia el Festival Infantil de Necochea ha quedado completamente solapado y escondido, lejos de las zonas de interés turístico en plena temporada de verano. La pobrísima convocatoria este año va de la mano con la falta de interés que ha puesto la Comuna, recortandole recursos, reduciendo los horarios y hasta cambiando las fechas del calendario y la locación histórica.

Gradualmente y con el pasar de los años la Comuna ha ido poniendo bajo la alfombra y desfinanciando un festival que no sólo es uno de los festejos de este tipo con mayor historia del país, sino que además representaba un atractivo para traer más turismo a la ciudad, con un lugar central en la agenda de eventos de los veranos durante décadas.

Sin embargo, hace años que el festival perdió su brillo y el último intento auténtico por reflotar su magia fue en el período entre 2017 y 2018, cuando la Comuna desarrolló conceptos innovadores, con desfiles nunca antes vistos y verdaderas convocatorias multitudinarias, mostrando un interés genuino en restablecer el festejo.

Actualmente el festival quedó reducido casi a un trámite que la Comuna debe sacarse de encima, restándole promoción, alejándolo de las actividades turísticas y recortando su duración, con opciones que se limitan a instalar un escenario central y promover una grilla de espectáculos magros y muy lejanos al nivel que supieron tener. Este año ni siquiera se hizo un desfile inaugural con carrozas y comparsas, como supo ser desde que se inició.

En principio la Comuna decidió cambiar la fecha de realización del festival y si antes se hacía en lo más alto de la temporada de verano (la primer semana de enero), ahora la fecha se cambió a febrero de manera inexplicable y la actual es la segunda edición  que se hace en este mes. 

Por otro lado, la duración  del evento también se recortó: si antes se realizaba durante una semana completa, con shows por toda la ciudad y las presencias estelares de figuras infantiles como María Elena Walsh y Pipo Pescador o shows populares como los de Paka Paka, en la actualidad la celebración dura apenas un fin de semana (ni siquiera un fin de semana largo) y cuenta casi en su totalidad con espectáculos de artistas locales que, si bien no son para despreciar y guardan su buena dosis de talento, no representan una novedad ni para locales ni para los visitantes, que ya tienen acceso a esos shows en la Villa Balnearia durante la temporada.

Y no sólo se ha recortado su duración y se ha corrido en el calendario, además fue trasladado a la plaza Dardo Rocha, en el "centro viejo" de la ciudad con la excusa de acercar la fiesta a los vecinos de los barrios más alejados, algo que igual no guarda ninguna lógica, dado que suelen establecerse servicios de colectivos gratuitos en esos días y la diferencia entre ir a la plaza del centro o ir al Parque (locación histórica del festival) son apenas unos minutos más en colectivo.

La suma de estos factores, que incluyen además una grilla de espectáculos de horario reducido (apenas dos horas de actividades por jornada cuando antes comenzaban desde el mediodía hasta bien entrada la noche), da la impresión que la Comuna está intentando ocultar el festival más que promoverlo y organizarlo con ánimo de brindar a la población y a los turistas un festejo que se lleva adelante hace más de 60 años y que forma parte de la tradición del verano en nuestra ciudad.

Tan triste ha sido la convocatoria este año que la Comuna ni siquiera pudo mostrar una foto con gente apreciando los espectáculos y fue notorio que la plaza estaba prácticamente vacía.

La degradación del festival es notable y sólo el año pasado la Comuna hizo un esfuerzo montando un escenario frente al Palacio Municipal brindando un show de Panam. La explicación fue sencilla: se trataba de un año electoral y el intendente Arturo Rojas destinó en 2023 muchos millones de las arcas públicas para promover su campaña electoral. Una vez reelecto, se acabaron los escenarios y los shows, dando la pauta de la relevancia de las fiestas populares solo tiene una proyección proselitista en el esquema del intendente.

Para esta edición la promoción del festival se redujo a un par de gacetillas de prensa y algunos posteos con pobres interacciones en redes sociales. Casi como pidiendo clemencia, el director de Cultura de la Municipalidad, Juan Gamba, hizo una de sus pocas apariciones anuales en una gacetilla de prensa municipal, lleno de voluntarismo y casi rogando: "Vengan que la van a pasar hermoso".