Columna de opinión: La República entre dos populismos

Nuestra sociedad parece estar frente a un espejo que invierte las imagines, quienes hasta ayer eran acusados de populistas que dañaban a la Republica por republicanos que denostaban al populismo, el espejo hoy muestra la misma imagen pero invertida.-
Quienes hasta ayer abogaban por A hoy lo hacen por B, y quienes abogaban por B hoy lo hacen por A.

También estamos los que siempre abogamos de modo sincero por la Republica y la Igualdad y hoy somos denostados por irresolutos. 

Nada más falso, nada más autoritario.

Políticos, periodistas, juristas, politólogos y sociedad en general parecen tomar partido creyendo que sólo hay dos opciones una excluyente de la otra y de esa forma desconocer al otro, como ciudadano con capacidad de discernir y opinar diferente.

Eso sí ambas porciones coinciden en algo, solo ellos son depositarios de la solución a los problemas y su verdad es la única valedera; por lo que pueden invocar razones superiores teniendo en cuenta que sus principios son los virtuosos y quien no adscribe a ellos es automáticamente pasado al campo enemigo.

Las formas de la ley son invocadas “como obstáculos para la concreción de fines” y utilizadas por los bandos en pugna como excusa, no hay real convencimiento del funcionamiento de las Instituciones que conforman la Republica como campo de debate y síntesis para buscar la solución.

Pues bien con esa línea de razonamiento queda claro que uno, no el único, de los atributos CONSTITUTIVOS que conforman la Republica que es el pluralismo automáticamente desaparece y con ello la idea que el Parlamento es la voz plural de la sociedad legítimamente constituida.

En él por antonomasia, confluyen por porciones el pensamiento plural de nuestra sociedad.

El actual y joven gobierno ha resuelto demostrar su vocación de transformación a través de instrumentos legales cuyo contenido podría ser lesivo del orden jurídico vigente y en particular de la Constitución Nacional en lo que a la división de poderes hace. -
Es necesario para una democracia liberal en términos políticos sea sólida, exitosa, conlleve al desarrollo y modernización del país debe coadyuvar a convivir en armonía, la denominada legitimidad de origen (elecciones democráticas y transparentes en la que se accede al Estado-Gobierno) con la Legalidad del Ejercicio (Gobernar de acuerdo a las leyes y sus limitaciones regladas por Ley).

Es acá en donde ambos extremos que durante las elecciones en apariencia eran tan dicotómicos, demuestran su raíz populista despreciando las Instituciones, ya que su representación en nombre del Pueblo por parte de algunos y los otros en nombre de las Fuerzas del Cielo solo pueden hacer el bien por antonomasia y quienes osemos dudar sobre los caminos ofrecidos somos el “virus” que daña a la sociedad, y para eso nada mejor que señalar al Parlamento, ya que son muchos y dentro de él piensan distintos y pensar siempre fue peligroso para los populistas de derechas y de izquierdas.

Creer que el empobrecimiento de nuestra sociedad es en términos meramente económicos, sin entender que han sido un proceso de desagregación cultural, social, educativa, laboral, sanitaria, habitacional etc etc quien nos ha llevado a estar en donde estamos, es abonar al pensamiento mágico creyendo que los países desarrollados lo son por su ordenamiento legal y su economía abierta, sin ver que su desarrollo es fruto de una sociedad abierta, plural, igualitaria y respetuosa de la ley como precondición del desarrollo, invierten por interés o ignorancia los procesos históricos sociales, culturales y económicos que los hicieron desarrollar.

Ambos populismos (Cesaristas y Mesiánicos) se arrogan superioridad moral y aptitud para señalar quienes son aptos y quienes réprobos, siendo aptos quienes suscriben sus pensamientos y réprobos quienes los cuestionan.

En definitiva buscan fieles para su religión y no ciudadanos para una República.

De seguir así, en marzo seremos mas pobres, mas desiguales y con los mismos problemas de raíz que nos trajeron hasta acá. Debemos ser capaces de hacer un Pacto Democrático que comprenda a todos y desde ahí torcer nuestra decadencia.
Milei no parece estar en condiciones de encabezarlo, aunque debemos esperar que la realidad política lo haga reflexionar y cambiar, sin abdicar convicciones pero respetando que existen otras.

Es con un Poder Ejecutivo que pueda ejercer con libertad y con legalidad las ideas que durante al menos 4 años la sociedad eligió con su voto sin descalificar al que piensa distinto, con un Parlamento que delibere y sanciones leyes y con un Poder Judicial independiente calificado y comprometido con la Constitución, las leyes y la sociedad; aunque mucho me temo como orgulloso miembro de mi Partido la UCR que la REPÚBLICA se encuentra presa entre dos populismos EL QUE SE FUÉ y EL QUE LLEGÓ.-

Dr. Alberto Esnaola