200 mil pesos por finde: El costo de traer a la familia al mar

Ya se sabe, la crisis económica en la que navega el país a bordo de la inflación y las medidas de ajuste del gobierno, afectó fuertemente la temporada, que a pesar de haber visto un repunte por la ola de calor, todavía no alcanza a cubrir ni las expectativas menos optimistas.

A pesar de la propaganda permanente, que desde el municipio intenta proyectar éxito a cualquier costo (algo que por su pulsión mitómana parece querer imponer una disonancia cognitiva sobre la población) lo cierto es que la ocupación hotelera en la primera quincena de enero fue pobrísima y sólo la ola de calor de los últimos días ha marcado un repunte de actividad que de cualquier modo no alcanza para el exagerado triunfalismo que se pretende en el serpentario de las redes sociales y los blogs oficialistas.

Y las razones son muy sencillas: todo está demasiado caro y el sector turístico no logra organizarse para mejorar la oferta, sin competitividad   ni servicios y con un pendiente en la promoción turística que ha caracterizado la gestión del secretario Matías Sierra, de quien apenas se conoce el nombre y no ha abundado en mayores gestiones para promover la ciudad como venía siendo en gestiones anteriores. Curiosamente, la gestión que ha hecho de la propaganda su caballito de batalla poco ha hecho para promover la ciudad de cara a la temporada y se encoge de hombros acusando a la situación económica de su evidente fracaso.

Y para el caso de los privados, la cosa no es mejor, porque los que ofrecen alojamiento en la ciudad tampoco es que han brillado por su originalidad a la hora de mejorar la oferta, manteniendo precios altísimos a la espera de una temporada que nuevamente les genere algún excedente para transcurrir el resto del año.

"Una familia tipo para venir un fin de semana hoy precisa 200 mil pesos. Entonces yo no sé cuánta gente de Olavarría, Azul, Tres Arroyos, Bahía Blanca, etc. pueden hoy gastarse esa plata", admitió Luis Colella, del Hotel Compostela, en declaraciones al diario local el sábado pasado. El dato se suma a los altos precios de la venta ambulante en la playa, en los locales gastronómicos y los paseos de la ciudad, con una caída ostensible de la demanda de alojamientos que llevó a tener un piso del 35% de ocupación en pleno enero.

"La temporada es pésima, algunos hoteles estamos trabajando en un 35% o 40%. En mi caso de los dos hoteles,m tengo uno cerrado y en el más grande me sobras habitaciones los fines de semana", señaló Colella.

Con pulsión negadora y propagandística todavía hay versiones que tratan de subirse al buen clima para tratar de impregnar a la opinión pública de un falso triunfo, llegando a mencionar que hay una plena ocupación en sectores minoritarios para tratar de proyectarlos sobre el total de las camas disponibles. Así, por ejemplo el municipio informa que sólo durante el fin de semana pasado el sector de aparts hotel tuvo una ocupación superior al 100% evitando mencionar el contexto: en la ciudad hay apenas 3 apart hotel, lo que hace a la muestra insignificante frente al derrumbe marcado de la actividad general.