La historia de Gonzalo, un necochense que viajó a EE.UU. a trabajar y ver a su novia pero terminó deportado por una foto

sábado, 8 de julio de 2023 · 12:03

Gonzalo, un necochense en busca de nuevas oportunidades, se vio enfrentado a un arduo control aduanero al intentar ingresar a Miami y su sueño de construir una nueva vida en el país norteamericano se vio truncado. Actualmente, sin empleo y viviendo de sus ahorros, Gonzalo enfrenta la dolorosa realidad de una relación que llegó a su fin, convencido de que el destino parece conspirar en su contra.

Este joven emprendió su primer viaje a Estados Unidos en 2017, con el objetivo de disfrutar de unas breves vacaciones. Sin embargo, su experiencia fue tan enriquecedora que decidió regresar un año y medio después, impulsado por el deseo de explorar oportunidades laborales en tierras extranjeras. "Conocí a muchas personas y surgió en mí la inquietud de buscar trabajo allí", explicó Gonzalo.

Durante la pandemia, Gonzalo aprovechó su estadía en Estados Unidos para buscar un empleo. Trabajaba en un complejo termal en Necochea que se encontraba cerrado, por lo que decidió regresar al país norteamericano en busca de nuevas oportunidades laborales. Fue durante ese período de tiempo que conoció a la mujer que se convertiría en su novia, hasta hace poco. Gonzalo relató a TN: "Estuve allí cinco meses y quince días. Fue allí donde conocí a la mujer que fue mi novia hasta hace poco tiempo".

De vuelta en Argentina, Gonzalo se esforzó al máximo para poder regresar a Estados Unidos con dos propósitos fundamentales: continuar su relación amorosa y encontrar un trabajo estable. Sin embargo, se encontró con un obstáculo importante: su novia estaba casada en papel, lo cual complicaba su situación. A pesar de esta complicación, ambos se enamoraron profundamente y mientras la relación se fortalecía, Gonzalo decidió abandonar su empleo en Argentina, donde había trabajado durante más de una década.

Gonzalo vendió su automóvil, su piano y todos sus bienes materiales. Incluso vació su departamento para que sus padres pudieran mudarse a un lugar más cómodo y adecuado para su etapa de vida. Luego, emprendió el viaje de regreso a Estados Unidos y en el aeropuerto, durante el proceso de migraciones, se encontró con una situación que cambiaría su vida.

Una mujer nerviosa, que no hablaba inglés, estaba adelante de él en la fila de migraciones, llevando consigo una carta escrita por su hija en la que se explicaban los motivos de su visita. Gonzalo, compasivo y solidario, tranquilizó a la mujer y le aseguró que todo estaría bien. Sin embargo, cuando llegó su turno, un agente aduanero le hizo preguntas sobre el motivo de su viaje. Gonzalo respondió que se trataba de unas vacaciones, pero el agente no creyó que permanecería dos meses en el país. Como resultado, fue sometido a un segundo control aduanero y allí comenzó su odisea.

Gonzalo fue llevado a una oficina y se le prohibió cualquier tipo de comunicación. Otro agente repitió las mismas preguntas, le solicitó su teléfono móvil y lo revisó durante casi dos horas. "Me pidieron que dejara mi equipaje en una sala segura y volvieron a pedirme el teléfono. Fueron absolutamente tajantes", relató Gonzalo. A pesar de la difícil situación en la que se encontraba, los agentes le dieron un ultimátum: debía decir la verdad. Querían saber si Gonzalo había trabajado en Miami.

Finalmente, encontraron una fotografía en la que Gonzalo aparecía vistiendo su uniforme de trabajo frente a un espejo en un vestuario. Fue en ese momento que los agentes descubrieron la verdad y le preguntaron con quiénes se relacionaba en Estados Unidos. Gonzalo mencionó a algunos amigos, pero ocultó el hecho de su novia, ya que estaba casada. La respuesta que recibió fue desgarradora: "Tu próximo vuelo sale mañana". Registraron sus datos y huellas dactilares y le permitieron realizar una llamada telefónica. También le proporcionaron agua y comida. Gonzalo permaneció encerrado durante 24 horas y allí fue cuando comprendió que sería deportado.

Esta desafortunada secuencia de eventos tuvo lugar durante el Mundial de Qatar, un momento en el que Gonzalo se encontraba sin trabajo y enfrentaba un panorama adverso. Aunque había regresado a Argentina en diciembre, le resultó extremadamente difícil adaptarse nuevamente a su vida. Lo peor de todo fue la conclusión de su relación amorosa. Su novia lo visitó en febrero, pero posteriormente decidieron poner fin a la relación. Gonzalo compartió: "Lamentablemente, decidimos que lo mejor era terminar nuestra relación, ya que ella no puede abandonar su país y yo no puedo ingresar a Estados Unidos durante cinco años".

En la actualidad, Gonzalo ha comenzado a realizar cursos de edición de video mientras se encuentra desempleado y vive de sus ahorros. Perdió contacto con su exnovia, ya que hablar y saber que no podrán volver a verse les causaba dolor. Gonzalo reflexiona sobre su situación y concluye con tristeza: "El destino parece no querer que estemos juntos".

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