"No le deseo paz ni compasión": Duro editorial tras la muerte de un femicida en la playa frente a Sotavento

martes, 7 de marzo de 2023 · 16:48

El fallecimiento de Marcelo Llinás, de 65 años, de un ataque cardíaco en las playas de Necochea generó la atención de los medios locales este domingo y cierta reacción del feminismo, que recordó el lamentable papel que tuvo el occiso en un aberrante femicidio en 2001.

Es que Llinás había sido condenado a 22 años de prisión por el asesinato de la profesora Claudia Iraola, docente de artes plásticas que con 37 años fue asesinada y su cuerpo fue quemado dentro de un coche que fue abandonado en el Parque Miguel Lillo. Iraola había pedido el divorcio y Llinás la mató y calcinó su cuerpo.

En ese contexto, Cintia Martínez para La Nueva Comuna, redactó un editorial en el que lo recuerda como femicida en vísperas de un nuevo 8M y Paro Internacional de Mujeres en Necochea:

No hubo justicia para la docente Claudia Iraola

Murió Llinás, un reconocido productor agropecuario que hizo trascender su nombre no por su actividad en el rubro sino por femicida, aunque allá por el año 2001 no existía dicha figura legal.

Se murió libre con la complacencia de un Poder Judicial a todas luces misógino, retrógrado y violento.

No hubo justicia para la docente Claudia Iraola.

En vísperas de otro 8M nos enteramos de ésta reciente noticia. Al parecer Llinás no tuvo ni siquiera una condena social, y vaya paradoja se pueden leer mensajes de pesar por su deceso repentino.

Quizás no nos corresponda ser más papistas que el Papa, quizás se pueda decir que el Poder Judicial juzgó, condenó y cumplió con las leyes de letras más muertas que aquellas víctimas que perdieron la vida en manos de esos monstruos con ataques de shock y esas cosas. Ellas viven, ellas están en nosotras para siempre.

Ojalá algún día se pueda reanimar a ésta Justicia que se enamoró de la vendas en sus ojos, la mordaza que le impusieron y la inhabilitación perpetua para actuar con igualdad y premura ante los distintos episodios que sacuden la vida de miles de seres vivientes.

A Llinás no le deseo paz ni compasión.

Hoy quiero recordar y elevar el nombre de Claudia Iraola, la mujer de 37 años que él asesinó brutalmente porque de alguna manera el (Cis)tema patriarcal le iba a dar la razón para que adueñarse del destino de la vida de aquella que fuera su compañera.

Todavía hay mucho por transitar.

Todavía hay cosas que no cambiaron desde aquel mes de mayo del año 2001.

Todavía.

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