Villa del Parque renovó autoridades y deberán responder por el alambrado en el parque
Este viernes el club Villa del Parque, que este lunes cumple 60 años de actividad social en la ciudad, llevó a cabo la Asamblea Ordinaria que cada dos años renueva las autoridades de la Comisión Directiva.
Durante la asamblea se aprobó la memoria y el balance anual y tomaron posesión las nuevas autoridades, que dirigirán el club hasta el 2023.
Así, la comisión directiva quedó conformada de la siguiente manera, según publñicó la entidad en su cuenta de Facebook:
Presidente: Avila Adolfo René
Vice-Presidente: Rodriguez Guillermo
Secretario: Guffanti Gustavo
Pro-Secretario: Dones Florencia
Tesorero: Arévalo Rubén Germán
Pro-Tesorero: Irigoyen Julio César
Uno de los primeros desafíos que deberá enfrentar la nueva comisión es el conflicto que suscitó la instalación de un cerco perimetral olímpico en el sector detrás de las canchas de fútbol, un espacio arbolado y actualmente de uso público que sería cerrado por razones de seguridad.
El club explicó en varias oportunidades que ante la ocurrencia de robos reiterados (y altamente onerosos para la institución) decidieron cerrar el acceso al sector con un cerco olímpico que sirviera para deslindar responsabilidades.
Un ejemplo de lo que podría pasar fue un episodio registrado este verano en el llamado sector de El Tunel: un desconocido instaló un alambre tendido entre los árboles, a la altura de la cara de cualquier eventual transeúnte, ciclista o incluso motociclista que pasara. Aunque afortunadamente no debieron lamentarse muertos ni heridos por semejante trampa, en caso de algún accidente provocado por el alambre, el club hubiera tenido que dar respuestas cuando en realidad no dispone de control territorial sobre su concesión.
Además de los robos o los incidentes como los del alambre, el club debe mantener la limpieza del sector, donde muchos vecinos desaprensivos han aprovechado para arrojar basura sin escrúpulos. En el mismo sentido podría producirse un incendio en el lugar siendo el club el encargado de dar respuestas por la seguridad de un terreno sobre el que no tiene control.
Sucede en principio que la intención del club de cerrar el paso no fue debidamente comunicada por las autoridades del club antes de proceder con los trabajos, lo que obviamente generó una fuerte indignación de los vecinos y proteccionistas del parque, que inmediatamente han convocado a una protesta que se llevará a cabo esta tarde frente a la sede del club en Avenida 10 y Pino del Japón.
La ingeniera Susana Laborde, referente de la ONG El Parque No Se Vende, presentó un texto en sus redes sociales explicando la posición de la agrupación frente a la instalación del cerco, evitando saltear la dicotomía que, perciben, intenta construirse alrededor de las premisas "deporte si / deporte no":
Queremos consensos y una sociedad armónica.
Desde El Parque no se vende, con preocupación vemos como el Club Villa del Parque pretende cambiar el centro de la discusión en forma mínimamente infantil. Esto ya ocurrió, esto ya lo vivimos con la cancha de hockey y es necesario que una sociedad aprenda de sus errores, crezca, madure, y entienda que la mejor forma de solucionar los conflictos es a través de la discusión adulta donde cada sector presente sus pretensiones, se discutan y dejando un poco de cada lado, porque sino no es justo un acuerdo, lleguemos a consensos maduros y ajustados a la realidad y el contexto de éste momento.
Las discusiones sobre el Parque Miguel Lillo se dieron en la COPAP en el año 2015 , donde quedó perfectamente establecido que las concesiones debían ser por plazos menores, que debía realizarse estudios de impacto ambiental para cualquier emprendimiento que se realice en el Parque (ajustándose a la legislación provincial vigente), y que el criterio que debía primar era el de gestión asociada entre Municipio y Comunidad, por lo cual es inviable cualquier emprendimiento que no responda a esas premisas.
“Siendo irrenunciable para el Estado su papel rector y protector de todo espacio público, son indudables las ventajas de las organizaciones de la comunidad ampliando la visión con su participación, vigilancia y control extendido más allá de los controles que posee el propio municipio en el marco del respeto a la legislación vigente.”
No estamos en contra de nadie y mucho menos del deporte, pero para el desarrollo del mismo no se requiere alambrar los sectores donde sólo hay árboles. Estamos a favor de la comunidad DUEÑA del Parque Miguel Lillo, que no quiere alambrados en sus ESPACIOS PÚBLICOS.