Villa Díaz Vélez justificó la apropiación de terrenos del Parque para las canchas del concejal tenista

lunes, 29 de noviembre de 2021 · 13:29

Tras el comienzo de los primeros trabajos de desmonte en un predio del Vivero Municipal del Parque Miguel Lillo para la instalación de un emprendimiento privado con canchas de tenis solapadas debajo del club Villa Díaz Vélez, la reacción negativa de los vecinos amenaza no sólo con detener la obra sino con llevar a algunos funcionarios a la justicia por incumplimiento de sus deberes de funcionario público.

Lo que sucede es que la Comuna autorizó una suerte de "trueque" de terrenos en los que entrega parte de su patrimonio violando la ley para favorecer un emprendimiento vinculado al concejal tenista, Guillermo Sánchez, que presionó y forzó la aprobación de la iniciativa en el HCD en su triple rol de concejal, dirigente del club y entusiasta del deporte de las raquetas.

De inmediato la Comuna desplegó su aparato de prensa para volcar la desinformación habitual, algo que forma parte de la característica principal de la gestión de Arturo Rojas. Apelando al razonamiento absurdo y circular que sostiene que cualquier señalamiento sobre sus acciones es una "opereta" con fines político partidarios, el discurso oficial se centró en tratar de desviar de cualquier manera la cuestión central: la entrega ilegal de tierras salteando los procedimientos correspondientes, es decir, un robo.

A través de la radio Maestra, propiedad del subsecretario de Legal y Técnica del Municipio, que a la postre tiene el rol de "controlar" a los medios de comunicación locales, el vicepresidente del club Villa Díaz Vélez, Darío Villarreal, se explayó sobre el tema obviando las cuestiones más importantes del conflicto y poniendo el asunto fuera de foco.

"Yo invito a los ambientalistas a que vengan a recorrer el parque", señaló y agregó: "El parque yo lo conozco, lo recorro mucho y se cae a pedazos, no es solamente no permitir que la gente haga". "El parque se está cayendo a pedazos y la mayoría del parque está enfermo", lanzó expresando su opinión interesada.

Lamentablemente, si Villarreal hubiera participado este sábado 27 de la charla sobre el parque que se brindó en el Centro Cultural Necochea no hubiera proferido semejando declaración falaz: muy prolijamente y de manera documentada el ingeniero forestal José Garcés, de amplia experiencia en el manejo de masas arbóreas del distrito, explicó que el parque goza de una salud envidiable, incluso con el ingreso al predio de nuevas especies de plantas y hongos.

Garcés lleva años explicando el estado del parque e incluso participó en la COPAP (Comisión para el Estudio del Parque) a fines de 2014 y principios del 2015, que es el último estudio pormenorizado que realizaron expertos en la materia para todo el predio. Si te interesa ver los datos que avalan el estado de salud del parque podés ver el informe dando click acá.

Con el foco completamente corrido sobre la cuestión principal, la tenencia de los terrenos, Villarreal enfocó sus declaraciones en la promesa del club de plantar 500 árboles en el lugar a lo largo de los próximos 5 años. "No estamos molestando, estamos cuidando", señaló el vicepresidente de un club que ya ha sido cuestionado en el pasado por la falta de mantenimiento de su propio espacio arbolado.

"Te hago una pregunta: donde se iba a hacer la cancha de hockey ¿qué hay ahí? ¿Cuántos árboles se plantaron? Entonces las cosas están claras, ¿no?", se preguntó el dirigente deportivo, de trabajo conjunto en la comisión directiva de la entidad con el concejal Guillermo Sánchez, principal impulsor del "trueque".

Una vez más, la desinformación del dirigente es alarmante: personal del Vivero Municipal lleva años manteniendo especies de árboles plantadas de manera parquizada (esto es, con un diseño paisajístico planteado a largo plazo) en el sector donde la gestión del interino José Luis Vidal intentó instalar la cancha (10 y 127). El dato se le escapó a Villarreal aunque se sabe que los árboles tardan varios años en crecer. "No se dejó hacer, se prohibió y hoy está igual o peor", señaló ignorando completamente la hilera de árboles jóvenes que hoy delimita el lugar.

Llegando aún más lejos, de manera increíble, calificó que la vegetación silvestre y rústica del parque es suciedad.  "Hay gente que piensa que el parque tiene que estar sucio porque es natural, y no tiene por qué estar sucio porque es natural". Llamado a Villarreal: el estado natural de la vegetación no es suciedad, suciedad es lo que dejaron durante años los socios del club en el sector arbolado que debía cuidar.

La desinformación del dirigente llegó aún más lejos: "Acá no hay nada a decreto, Rojas no firmó ningún decreto. Rojas lo único que nos dijo junto con Jorge Martínez en su momento en una reunión que tuvimos es 'vamos a seguir con los pasos legales y me encanta que quieras devolver en esa parte del parque'", parafraseó Villarreal. Desafortunadamente la Comuna evitó publicar el decreto en su web oficial, aunque Cuatro Vientos accedió al documento que, con la firma del intendente y el secretario de Gobierno, validaba la ordenanza:

 

El verdadero problema y el robo

El problema, por más que el club, la comuna y sus medios de prensa intenten llevar el foco a la aparente inocencia del cuidado de los árboles, es la propiedad de terrenos públicos, el uso que se le da y el permiso que se otorga. Literalmente la Comuna violó la ley para permitir el proyecto, que además abunda en irregularidades.

Uno de los problemas principales que se plantea es que se trata de una suerte de "trueque" de tierras sin siquiera modificar el polígono de concesión del club ni derogar la norma que establece que en esos terrenos funciona el Vivero Municipal, cedido a la Comuna por la provincia.

Para ser más precisos: el club tiene un permiso de concesión en el parque por una determinada cantidad de años que está delimitada específicamente en lo formal por una norma. Esa norma establece las responsabilidades del club sobre una determinada porción de tierra y es un compromiso a mediano y largo plazo que asume el club para con el Estado Municipal, que cede los terrenos a cambio de su cuidado. En caso de modificarse ese contrato entre la Municipalidad y el concesionario, es necesario modificar el polígono otorgado mediante la modificación de la ordenanza, aprobar un nuevo proyecto y demás, algo que ni el club ni la Municipalidad se tomaron la molestia de hacer.

Ante las irregularidades, los ambientalistas presentaron el 29 de septiembre una nota a la Comuna llamando la atención por la situación, obteniendo silencio como toda respuesta. Una vez pasadas las elecciones legislativas de noviembre, comenzaron los trabajos de las topadoras destruyendo parte del espacio que quieren apropiarse y generando la reacción inmediata de los vecinos el pasado fin de semana.

Aunque para forzar la aprobación del proyecto ilegal el concejal Sánchez adujo que se necesitaba celeridad para iniciar los trabajos antes de la temporada, desde que el intendente dio luz verde a la iniciativa pasaron 75 días sin un solo movimiento. Literalemente, la gestión Rojas esperó a que pasara la campaña electoral para avanzar, a sabiendas de lo impopular de la decisión y las irregularidades obvias alrededor del tema.

Por otra parte, y no por eso menos importante, el terreno que la Comuna intenta entregar al club fue cedida por la provincia al municipio para un uso específico (el Vivero), por lo que en caso de querer cambiar el uso del espacio, debería modificarse también la cesión, algo que tampoco se hizo.

Además, salteando los pruritos morales que plantea el hecho que sea un concejal que impulsa la ordenanza dirigente del club y a la vez jugador de tenis (o sea, literalmente entregando un terreno para beneficios personales), los ambientalistas señalan que el proyecto para realizar los trabajos ya comenzados ni siquiera fue presentado formalmente y que incluso la propuesta no habría gozado del beneplácito de la Secretaría de Legal y Técnica del municipio.

"Cualquier abogado del departamento legal se hubiera dado cuenta que esto es un mamarracho, así que se supone que esto deberá retrotraerse o de lo contrario se denunciará por incumplimiento de deberes de funcionario público a los responsables, además de hacerse amparos y lo que haya que hacer", señaló este fin de semana oportunamente la presidente de la Asociación Civil El Parque No Se Vende, ingeniera Susana Laborde.

Salteando el debido procedimiento legal e incluso violando la ley, la Municipalidad ha dado vía libre a la apropiación completamente ilegítima de una porción del parque para lo que se ve a todas luces como una inversión privada con sus propios intereses. Fue el propio concejal Guillermo Sánchez el que ponderó la llegada de "inversiones" por 100 millones de pesos para los trabajos que hoy el club pretende presentar como una labor social que de desinteresada no tiene nada. El caso reaviva la frustración permanente que se palpa en la ciudad cada vez que se habla de los manejos de tierras públicas para fines privados, como lo sigue siendo el caso del Barrio Médanos, las concesiones delimitadas "a ojo" (por ejemplo Villa del Parque) o las promesas a contratistas amigos para el caso de la ex pista municipal de atletismo.

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