La gran caída de las Cripto

La tónica general de este año viene caracterizada por los mínimos alcanzados tanto por los mercados de renta variable como por el mercado de las criptomonedas, los cuales se han movido al unísono en dirección descendente, a consecuencia de la dura política
llevada a cabo por la Reserva Federal de EEUU, la cual ha generado una volatilidad extrema en todos los activos.

Y es que la aversión al riesgo que ha provocado la subida de los tipos de interés y ha infundido un marcado sentimiento bajista entre los inversores de criptomonedas que se mantiene desde el mes de abril, al tiempo ha provocado la huida de los inversores
hacia los bonos del Tesoro de EEUU.

¿Mercado en recuperación?

Después de un duro criptoinvierno, las divisas digitales parecen dar señales de recuperación, bastante débiles, es cierto, pues aún existe una gran distancia con respecto a los valores máximos alcanzados a finales del pasado 2021 y los inversores se muestran cautelosos después de pasar meses sumidos en un mercado marcadamente bajista.

Lo cierto es que, a pesar de que los defensores de Bitcoin han sostenido que el comportamiento de la criptomoneda se asimila al oro, ese no ha resultado ser el comportamiento de la cripto durante la crisis mundial que ahora nos acontece. Y es que si el oro actúa como un activo refugio frente a la inflación, Bitcoin no ha resultado ser el oro digital que muchos preconizaban, sino que su pauta ha resultado la de un activo de riesgo más.

Uno de los que más han acusado el golpe ha sido El Salvador. El país centroamericano adoptaba Bitcoin, en septiembre del pasado 2021, como moneda de curso legal haciendo caso omiso de las recomendaciones del FMI.

El país se lanzó al experimento a pesar de que un cuarto de su población se encuentra en situación de pobreza y tan sólo una de cada tres personas dispone de una cuenta bancaria. A pesar de todo, ante la crisis que ahora vive la criptomoneda, el presidente
Nayib Bukele se muestra seguro y confiado en su decisión y no duda en declarar haber comprado más bitcoins con la bajada en su cotización.

Realmente la caída de las criptomonedas se ha llevado por delante, no sólo el dinero de muchos de los inversores, sino a un sinfín de plataformas de criptomonedas que han ido sucumbiendo en un terrorífico efecto dominó, aumentando el número de damnificados y provocando la huida de un gran número de traders que buscaban obtener rápidos beneficios con las criptomonedas. No es el caso de los inversores que buscan en Bitcoin una inversión con vistas a futuro y que no se dejan llevar, por lo tanto, por el pánico del momento.

Contagio a los tokens no fungibles

Lo cierto es que esta crisis ha tocado de lleno al mercado del momento. El de los NFT. Si apenas unos meses atrás esta novedosa moda generaba ingresos superiores a los 12.000 millones de dólares, en junio de este año el desplome del mercado de los NFTs
fue total y las ventas apenas superaron los 1000 millones de dólares.

La razón la encontramos en el derrumbe de las criptomonedas, ya que éstas se encuentran fuertemente ligadas a los NFT, por lo que la caída cripto se llevó también por delante a la gran multitud de inversores que habían confiado en este mercado, que ha caído en la más absoluta depreciación.

No obstante, los defensores de estos activos declaran que esta caída es una oportunidad de entrada al mercado adquiriendo tokens no fungibles. 

El futuro de los activos blockchain

Nos encontramos en una etapa en la que el recelo sobrevuela tanto el futuro de las criptomonedas como el de los NFTs.

Para muchos supone el estallido de una burbuja, para otros es el ciclo natural de las criptomonedas del que probablemente resulte una selección de los proyectos más sólidos, donde se eliminará gran parte del exceso de distintas criptomonedas que colmaban el mercado.

Bitcoin y Ethereum son las que mejor resultado han mostrado en las crisis. La primera soluciona las funciones básicas del dinero en cuanto a unidad de cuenta, reserva de valor y medio de pago. Mientras que Ethereum se posiciona en primera línea en cuanto a contratos inteligentes se trata.

Lo único cierto es que, en medio de esta purga, no está de más investigar y conocer debidamente en qué se está invirtiendo, sin olvidar la cautela que exige la inversión de nuestro capital, sin dejarse arrastrar por la euforia de un mercado que bien puede rentar grandes beneficios, pero también importantes pérdidas.