Un estudio confirma que estamos perdiendo la capacidad de atención

lunes, 22 de abril de 2019 · 10:30

¿Sos de los que tienen que hacer esfuerzos sobrehumanos para prestar atención a lo que le dicen? ¿Te repiten las cosas más de una vez? ¿Siempre llevás encima una agenda/mil alarmas en tu smartphone porque sos incapaz de recordar lo que tienes que hacer? ¿Desconectás de lo que te dicen tus amigos según están hablando y sin querer?

Si todas las respuestas a estas preguntas es “si”, o si tras leer cuatro sencillas preguntas no te acuerdas de cuál era la primera, te interesará lo que vamos a contarte, porque según nuevas investigaciones, los humanos estaríamos perdiendo nuestra capacidad de atención.

No solo no nos enteramos de lo que estamos haciendo, sino que perderíamos interés a una velocidad pasmosa por las cosas que estemos haciendo en un momento dado. Parte de la culpa de semejante comportamiento la tienen precisamente nuestros teléfonos móviles, que se han convertido en elementos imprescindibles en nuestra vida cotidiana. Pero no porque hagamos un uso excesivo de ellos y los miremos unas ciento cincuenta veces al día, no; es porque son parte esencial de un fenómeno que estamos viviendo en la actualidad: la “aceleración” de las dinámicas sociales.

Vivimos en la sociedad de la inmediatez, y como tal, los contenidos que se nos ofrecen han de ser lo más concisos y concretos posibles para que prestemos toda nuestra atención. Unos segundos más, y perderemos interés por lo que quiera que se nos esté comentando. Tal y como Harmut Rosa, de la Universidad de Columbia y autor de Social Acceleration: una nueva teoría de la modenidad afirma, se ha producido una notable aceleración en todos los aspectos de nuestra sociedad, desde nuestros conocimientos culturales a nuestras relaciones personales; y está sucediendo independientemente de que empleemos nuestro tiempo libre en estar pendientes de nuestro teléfono. Nos hemos “contagiado” y vamos tan rápido, que muchos se están perdiendo cosas muy interesantes que suceden a ritmo normal a nuestro alrededor.

Recibimos mucha información y ya no es solo a través de los canales habituales; las redes sociales y los productos culturales han sabido darse cuenta de esta aceleración y pérdida de atención que estamos viviendo, y habrían conseguido adaptarse a esa “inmediatez” de una manera asombrosa, pero solo para provocar otro efecto: que nada sea suficiente y cada vez se recurran a más “trucos” para intentar retener la atención del espectador/lector unos minutos.

Esta situación parece tener consecuencias, o al menos es lo que han concluido un grupo de matemáticos de la Universidad Técnica de Dinamarca (DTU) y del University College of Cork (Irlanda), en un estudio publicado en la revista especializada Nature Communications, y en el que afirman que la humanidad en general estaría provocando este fenómeno, ya que estaría reduciendo el tiempo que dedica a la atención de una misma cosa.

El volumen de contenidos se está incrementando y esto hace que se agote nuestra atención hacia determinados contenidos, que pasan a ser “obsoletos” en cuestión de minutos, haciendo que cambiemos de asunto rápidamente, “cansados” y buscando lo más novedoso.

Para su investigación, los matemáticos analizaron los medios a través de los que las personas consumen información, como pueden ser redes sociales como Twitter; además de los canales culturales habituales, como la televisión, el cine o la literatura. En todos ellos el resultado mostraba una misma tendencia: cambiamos de un contenido a otro a la misma velocidad que se produce un aumento de contenidos, por lo que se dedica menos tiempo a cada cosa.

No solo dedicamos menos tiempo, sino que aquello que se hizo más popular más rápidamente también se correspondió con lo que antes se olvida. Todas esas “tendencias locas” que se ven por ahí no llegarían ni a los 15 minutos de fama.

“La presión por la creación de contenidos en menos tiempo se nota en la habilidad de los periodistas de estar al tanto. Con esta investigación tratamos de fomentar el diseño de nuevos sistemas de comunicación, de tal manera que la calidad de la información no sufra incluso cuando se produzca un aluvión de noticias que nos pida que dejemos de prestar atención y la consumamos más rápidamente”.

Fuente: Cribeo

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