TRES ARROYOS
El gendarme detenido negó ser narco y dijo que trabajaba de "infiltrado" colaborando con el Juzgado Federal de Necochea
La detención de Nicolás Guzmán, jefe de la sección Vial de Gendarmería Nacional en Tres Arroyos, ha generado un verdadero revuelo en la región. El caso, que involucra a una red de narcotráfico desmantelada tras un operativo con siete allanamientos, deja más preguntas que respuestas tras la declaración del efectivo, quien aseguró estar trabajando como agente infiltrado en colaboración con el Juzgado Federal de Necochea.
Días atrás, un operativo antidrogas terminó con la captura de Guzmán junto a otras dos personas: una ex empleada de la Secretaría Municipal de Seguridad y una integrante de una familia previamente investigada por venta de drogas. Según el fiscal a cargo del caso, Gabriel Lopazzo, la investigación comenzó hace aproximadamente un año y adquirió mayor intensidad hace 40 o 50 días, cuando se realizaron los primeros allanamientos que derivaron en múltiples arrestos.
“Es una causa impactante y desafortunada”, expresó Lopazzo en diálogo con el programa *Bahía Hoy* de La Brújula 24. “En los primeros procedimientos se detuvo a varias personas vinculadas a la comercialización de estupefacientes. Luego, con el análisis de los elementos secuestrados, se llevaron a cabo nuevas medidas que incluyeron la detención del jefe de Gendarmería”.
El vínculo del gendarme con la red investigada
La conexión de Guzmán con la familia investigada fue revelada a través de conversaciones obtenidas durante la pesquisa. Según Lopazzo, estas comunicaciones demostraban una relación cercana entre el efectivo y los miembros de la organización, lo que incluyó un intercambio de favores y dinero.
“Las conversaciones eran incompatibles con su rol en Gendarmería”, detalló el fiscal. “Se evidenciaron acuerdos para resolver causas judiciales de la familia y un trato que podría calificarse como de amistad cercana o incluso familiar”.
Entre los hallazgos que comprometen a Guzmán, figuran mensajes que detallaban lugares de almacenamiento de bienes, transacciones monetarias y otros acuerdos cuestionables. Este nivel de vinculación resulta incompatible con la responsabilidad de un funcionario público en su posición.
La defensa del acusado: un agente infiltrado
Durante su declaración, Nicolás Guzmán negó rotundamente los cargos en su contra y aseguró que sus acciones respondían a un trabajo de infiltración en una red delictiva. Según su versión, estaba colaborando con el Juzgado Federal de Necochea en una investigación paralela que coincidía con la liderada por Lopazzo.
“El imputado afirmó que estaba trabajando encubierto”, explicó el fiscal. “Dijo que su vínculo con esta familia respondía a órdenes superiores y que sus acciones tenían un objetivo judicial. Sin embargo, hasta el momento no tenemos pruebas que respalden esta declaración”.
Lopazzo también subrayó que si esta supuesta infiltración fuera real, habría sido notificada previamente a su equipo, lo cual no sucedió. “Si esta investigación estaba activa desde hace 40 o 50 días, nosotros deberíamos haber tenido conocimiento. Por ahora, no hay indicios que avalen esa hipótesis”.
Próximos pasos en la causa
La investigación continúa abierta y, aunque las pruebas acumuladas hasta ahora son sólidas, el fiscal no descarta evaluar las declaraciones de Guzmán en profundidad. “Con el tiempo iremos viendo si lo que alega tiene algún asidero. De no ser así, contamos con elementos suficientes para pedir la prisión preventiva”, afirmó Lopazzo.
Por el momento, los detenidos son los principales sospechosos de participar en esta red ilícita, aunque la causa sigue activa para identificar a posibles cómplices.