Puerto Gardella: Una vez más todo depende del rescate del Estado
Cuando las vacaciones de invierno ya terminaron y se retoman las actividades normales para las familias, llegando el mes de agosto comienzan las preguntas alrededor de la feria gastronómica de Puerto Gardella, ubicada en la margen necochense del río Quequén, sobre la entrada de la escollera sur.
Algunas versiones que circularon en las últimas semanas daban cuenta de la consideración de los concesionarios de cerrar definitivamente el lugar en vistas del evidente fracaso del emprendimiento, que mantiene sus puertas abiertas solo en períodos de vacaciones y feriados y no termina de cuajar como el "polo turístico" que se presentó en su momento.
A principios de julio trascendió la versión que la feria podría cerrar sus puertas luego de las vacaciones de invierno en las escuelas, quizá intentando conseguir con el anuncio un repunte de las ventas que, entre la crisis económica y la suba de los costos por servicios, terminó por mostrar un paisaje vacío de containers cerrados y juegos apagados durante la mayor parte del tiempo. Sin embargo, las vacaciones no trajeron un aluvión de turistas ni hubo repunte alguno, por lo que el anuncio de cierre estaba latente.
En Puerto Quequén extraoficialmente aseguran que la feria seguirá funcionando. "Todavía tenemos pendiente una reunión con el concesionario, aunque está todo como para seguir", comentaron fuentes portuarias a este diario.
Recientes declaraciones mediáticas del concesionario José "Cholo" Servat insinuaron que el predio seguirá activo aunque solicitando "ayuda del Consorcio", mostrando una vez más la clase de negocios que se sostienen sólo si los subsidia el Estado.
El declive se ha hecho muy evidente tras la celebración de una postergadísima Fiesta de los Pescadores en el lugar. La organización del evento puso la mejor buena voluntad para realizar una fiesta que tradicionalmente se hacía en verano, aprovechando la temporada turística, aunque para este año se hizo a principios de mayo, con bajas temperaturas y una limitada concurrencia, lo que siguió el derrotero descendente que viene mostrando el emprendimiento.
Ahora abundan las especulaciones sobre cuál sería el futuro de la feria. En algún relato circulante se aseguraba que la feria podría ser reubicada en algún sector del parque Miguel Lillo. Ese relato parece más basado en el vínculo entre el concesionario y el intendente Arturo Rojas que en una realidad palpable: después de todo, el jefe comunal fue el promotor y facilitador de la feria en su campaña electoral de 2019.
Cambio de negocio
En cuanto al concesionario de Puerto Gardella, no hay demasiadas novedades vinculadas a la feria. Los últimos posteos de su cuenta de Instagram, una suerte de canal oficial blando para las comunicaciones de la concesión, muestran solamente algunas fotos y videos de la Fiesta de los Pescadores y desde mayo que no hay otras publicaciones.
Por lo pronto, la atención del concesionario, José "Cholo" Servat, estaría puesta en el balneario que instalará en el sector de playas Poseidón, donde instaló un un bar luego de recibir en concesión municipal el manejo de un edificio que era un parador integrador y posta sanitaria. Una vez más, se trata de un negocio vinculado a la política. Las facilidades que recibió el concesionario son tales que incluso el escándalo del agua contaminada que se encontró en el bar este verano fue virtualmente ocultado por las autoridades.
El nuevo emprendimiento responde a las obligaciones que se le imponen al concesionario tras la entrega de los polígonos creados por el municipio para la ocasión. Como dato curioso que revela el estado de situación: la Comuna terminó cerrando el acceso al letrero mirador que montó en ese sector de la costa, dado que concedió polígonos que cierran el paso de vehículos en ambos ingresos.
Por lo pronto, más que anunciando alguna clase de inversión que lo levante, el concesionario de Puerto Gardella parece estar advirtiendo sobre las dificultades que enfrenta para solicitar asistencia estatal, algo que conoce bien en vista de la naturaleza de sus inversiones, mayormente vinculadas a la política y los favores del Estado para su concreción.
