Mariangel: La cantante y modelo que resurgió en Necochea desde una infancia difícil en el caribe

miércoles, 5 de junio de 2024 · 10:29

Mariangel, una talentosa cantante y modelo, acaba de lanzar su nuevo sencillo "Flor de Loto", una canción soul que narra su historia de vida. Originaria de República Dominicana, Mariangel dejó su hogar a los 12 años para radicarse en Necochea junto a su madre y hermana, un cambio radical que marcó el inicio de su carrera artística y personal.

Nacida en una familia humilde en República Dominicana, Mariangel sufrió el abandono de su padre cuando tenía solo 8 años. A los 12, se mudó a Argentina, donde comenzó a trazar su camino en el arte. Cantante, compositora, modelo y artista plástica, Mariangel se perfila como una de las promesas más destacadas del soul y el R&B en español, géneros originarios de Estados Unidos que combinan blues, jazz y gospel.

Llegar a Necochea fue el primer gran desafío para Mariangel. Su madre ya vivía en Argentina desde hacía años, y junto a su hermana, se unieron a ella para comenzar una nueva vida. Estudió artes plásticas en la escuela de arte Orillas del Quequén, y fue allí donde descubrió su pasión por la actuación. En 2017, decidió mudarse a Buenos Aires para perfeccionarse como actriz y cantante.

Actualmente, Mariangel está completamente dedicada a la música y ha lanzado su primer sencillo "Flor de Loto". Esta canción refleja su universo personal de una manera muy íntima. "'Flor de Loto' es una canción extremadamente autorreferencial, tiene mucho que ver con mi vida y mis ideales", explica Mariangel en una nota con el diario La Nación. La canción también aborda temas étnico-raciales y su identidad como mujer afrodescendiente.

Mariangel reconoce que su difícil infancia y su condición de inmigrante y afrodescendiente han influido en su carrera. "Venir de una familia humilde y mono parental me condicionó al momento de elegir una carrera", comenta. Aunque inicialmente intentó estudiar Trabajo Social en Mar del Plata, las dificultades económicas la obligaron a regresar a Necochea. Allí, redescubrió su amor por el teatro y la música.

El camino no fue fácil, pero Mariangel perseveró. Tomó clases de canto, escribió numerosas canciones y en 2017 se mudó a Buenos Aires. En la ciudad, participó en seminarios de actuación con productores reconocidos como Claudio Ferrari, quien la seleccionó para un pequeño papel en una de sus obras, "Costumbres Argentas". Esta fue su primera experiencia en el teatro, seguida de participaciones en series como "Puerta 7" de Netflix.

Además de su carrera musical y actoral, Mariangel también se ha destacado como modelo. Fue contratada por la marca de ropa Maddens Clothing para su primer desfile en Bafweek, lo que la llevó a firmar con la reconocida agencia de modelaje LOmanagement. Aunque equilibrar sus facetas de modelo, actriz y cantante no siempre ha sido fácil, Mariangel lo considera una forma de despojarse de prejuicios y aceptar su diversidad de talentos.

"El modelaje fue mi entrada, me dio visibilidad y me permitió conectarme con gente que se dedica a cosas parecidas", dice Mariangel. Sin embargo, reconoce que todavía enfrenta desafíos por parte de quienes cuestionan su legitimidad como cantante debido a su éxito en el modelaje. "Voy surfeando todas esas cuestiones, con mi percepción de las cosas y la de los demás. Al final, creo que todo se complementa".

Mariangel dedica todo su tiempo y energía a la música. Escribe sus propias canciones, y aunque toca algunos acordes básicos en el piano, utiliza estos conocimientos para estructurar sus letras y melodías. "Generalmente parto de una melodía que me gusta, la estructuro y luego escribo la letra", explica. En el caso de "Flor de Loto", comenzó con una idea clara: "I’m a brown skin girl, y como loto en barro fresco no conozco otra forma de vivir".

Mirando hacia el futuro, Mariangel tiene grandes aspiraciones. "Quiero ser una persona que pueda ayudar a otros, mostrar y trabajar las cuestiones buenas del ser humano para que impacten colectivamente mejor", expresa. También desea una mayor visibilidad en los medios para personas negras y de diversas identidades de género y sexuales. "Más allá de nuestras realidades subjetivas, hay un gran rango de humanidad que nos unifica más que nos separa".

Con su talento y determinación, Mariangel no solo está dejando una huella en la industria musical y del entretenimiento, sino también en la sociedad, inspirando a otros a superar sus propios desafíos y seguir sus sueños.

La nota completa con el diario La Nación:

"–¿Cómo descubriste tu vocación como actriz y cantante?

–Tú sabes que en el fondo siempre supe que me iba a dedicar a las artes, que esa era mi pasión. Desde niña siempre fui una nena muy extrovertida. En la escuela, en Dominicana, siempre bailaba o cantaba, participaba en los coros de la iglesia, en las fiestas del pueblo. Eso sumado a que mi papá y mis tíos son músicos. Tenía estas figuras que estaban metidas en el arte, que dedicaban su vida a eso. Al menos hasta los 8 años, porque después mi papá se desapareció.

–¿Venir de una familia humilde y mono parental te condicionó al momento de elegir una carrera?

–Sí, todo esa carga de “del arte no se puede vivir” pesó mucho. Siempre quise hacer algo para ayudar al mundo, porque soy una chica sensible a las realidades que me rodean, así que me fui a Mar del Plata a estudiar Trabajo Social, pero no pude sostenerme económicamente y tuve que volver a Necochea. Entonces entré a estudiar artes plásticas, y en una de las materias nos unificaron con los estudiantes de teatro durante todo un año, empecé a actuar y me di cuenta de que me gustaba muchísimo y ahí arranco mi amor por el teatro y la actuación. Paralelo a todo esto, la música siempre estuvo ahí como mi gran amor, era mi deseo y por supuesto que cuanto más grande es el deseo más grande es el miedo. Me seguí formando, tomando clases de canto, escribiendo un montón de canciones, hasta que en 2017 me vine a vivir a Buenos Aires.

Al llegar a la ciudad, Mariangel hizo seminarios de actuación con productores como Claudio Ferrari, que eligió para un pequeño papel en una de sus obras, Costumbres Argentas. Esa fue su primera actuación en teatro, seguida de otras participaciones en tiras de ficción como la serie Puerta 7, de Netflix.

A su vez, la marca de ropa Maddens Clothing, de Candelaria Tinelli, la contrató para el primer desfile en Bafweek de la marca, que dio inicio a su carrera como modelo, para luego incorporarse a una reconocida agencia de modelaje del país, LOmanagement.

–¿Cómo conviven tu faceta de modelo con la de actriz y cantante?

–Lo vengo descubriendo, despojándome también de ciertos prejuicios propios y ajenos. Ahora se acepta más que alguien se dedique a varias cosas, pero la sociedad todavía tiene una idea muy segmentada de lo que uno tiene que hacer. El modelaje fue mi entrada, me dio visibilidad y me permitió conectarme con gente que se dedicaba a cosas parecidas, pero creo que mucha gente tiene como cierto ojo de decir: ‘Bueno, que esta mina no se quiera hacer la cantante porque simplemente es modelo’. Así que voy como surfeando todas esas cuestiones, con mi percepción de las cosas y con la de los demás. Al final, creo que todo se complementa. Si bien hay cosas que son naturales en mí, dones o talentos que fueron desarrollados desde muy niña, todos los he trabajado mucho formándome con muchas clases de canto, estudiando teatro, haciendo varios seminarios.

–Más allá de la exposición que te dieron el modelaje y la actuación, nunca abandonaste tu sueño más grande con la música, al que hoy dedicás todo tu tiempo y energía. ¿Cómo producís tus canciones?

–Todas mis canciones las escribo yo, toco algunos acordes básicos en el piano que me ayudan a componer y dar una estructura a mis letras y melodías. Generalmente parto de una melodía que me gusta, entonces la estructuro y luego escribo la letra. Aunque muchas veces, como en el caso de “Flor de Loto”, es al contrario, porque partí de una idea (‘I’m a brown skin girl, y como loto en barro fresco no conozco otra forma de vivir’), y sobre esa idea empecé a construir todo un concepto detrás, sobre lo que significa ser una chica afro, una chica negra. Para mí el arte siempre es autorreferencial, porque uno básicamente es una especie de canal que canaliza su experiencia de vida y lo cuenta afuera con estas herramientas.

–¿Cómo proyectás tu carrera?

–Sinceramente quiero ser una persona que pueda ayudar a otros. Quiero mostrar y trabajar las cuestiones buenas del ser humano para que impacten colectivamente mejor. Que las personas que me conozcan vean mis sombras pero también mis luces, y que sepan que uno puede, aunque sea difícil, querer vivir una vida buena, más allá de las circunstancias que le hayan tocado. También deseo una mayor visibilidad en los medios de las personas negras, de las personas marrones, de las diversidades de género, de las diversidades sexuales, porque para mí eso enriquece. Más allá de nuestras realidades subjetivas, de nuestros valores, de nuestras creencias, más allá de que no estemos todos en un mismo lugar, hay un gran rango de humanidad que nos unifica más que nos separa."

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