20 robos por día: Inseguridad insoportable en Necochea
La inseguridad en Necochea hace rato que ha dejado de ser una "sensación" para pasar a ser una realidad muy palpable y sin solución aparente, con una dirigencia que elige sistemáticamente hacer señalamientos, una policía que realiza procedimientos de manera defectuosa y una Justicia que encuentra dificultades en acertar con la aplicación de la ley.
Sucede que en Necochea, más precisamente en la Villa Balnearia, se registra una media de 20 robos diarios, entre asaltos en la calle, escruches, arrebatos en la playa, saqueos de locales, robos de motos y bicicletas y verdaderos "desvalijes" a turistas. Tan degradada está la situación que hasta sufrieron un robo los boy scouts que están acampando en el Parque Miguel Lillo, a los que les abrieron las carpas con cuchillos para sacarles lo que traían en sus mochilas.
Basta con ver la sección de policiales de cualquiera de los medios de la ciudad, que reflejan diariamente las dificultades para contener la ola delictiva, cuestión que suele causar polémica y resulta inexplicable, porque pareciera que no hay patrullas enviadas por el gobierno provincial, agentes especiales ni cámaras de vigilancia que lleguen a contener la ola delictiva.
Además de la variedad de tipos de delitos, se registra una escalada sin precedentes en la violencia que aplican los delincuentes, que usan distintos tipos de armas de fuego y cortantes para intimidar a sus víctimas, llegando a causarles lesiones e incluso a matar, como fue el caso del concesionario de un balneario semanas atrás.
La inseguridad también se siente en la nocturnidad, donde en diferentes ocasiones bandas armadas intervinieron en peleas en la vía pública causando lesiones a varias personas en diferentes oportunidades. Salir de noche a bailar puede resultar en un riesgo si alguien se cruza con alguna de las patotas que circulan por las calles.
La suma de delitos combinada con la difícil situación económica que atraviesa el país es incluso una de las razones por las cuáles familias de turistas han dejado de visitar la ciudad, algo que se ha reflejado en muchas ocasiones en las redes sociales, con quejas permanentes sobre la falta de seguridad que tienen incluso a la hora de prácticas sencillas como dejar estacionado un coche en la calle.
A pesar de que esta situación es evidente para propios y extraños, las autoridades municipales permanecen inmutables y hasta el momento sólo han sabido mantener el rumbo de su propio discurso, exagerando los alcances de un centro de monitoreo que apenas si fue relocalizado y ampliado escuetamente; y reprometiendo obras, como la base de la policía montada, que lleva dos años de anuncios sin concreciones.
Y este panorama ya lleva varios años sin tratamiento real: en abril del año pasado, por ejemplo, un nutrido grupo de vecinos indignados increpó al intendente en su despacho realizando un verdadero piquete reclamando respuestas. Hasta el momento, nada cambió.
Sin debate
A todo esto se suma la falta de voluntad del Ejecutivo de hacer cambios o, al menos, abrir un debate serio. Como toda respuesta a las críticas recibidas por el secretario de Gobierno Jorge Martínez, responsable directo del tema, el gobierno municipal salió a atacar a los medios de comunicación críticos y a tratar de instalar suspicacias sobre las motivaciones de esas críticas.
Por otra parte, proyectos presentados por la oposición en el pasado no han visto más que negativas por parte del oficialismo, que pretende abarcar absolutamente todos los temas sin aceptar sugerencias por temor a perder la oportunidad de capitalizar electoralmente esas acciones, como fue en el caso de la Mesa de Seguridad propuesta por el radicalismo, atacada salvajemente por la propaganda oficialista.
En definitiva, los objetivos de paliar la situación por parte de las autoridades locales siguen sin alcanzarse y, además, el municipio parece no estar dispuesto a aceptar ni una sola crítica, lo que hace complicado que el problema encuentre vías de solución. Mientras tanto, los delitos se suceden y, por lo bajo, en el municipio impulsan los mismos señalamientos de siempre sobre la Policía y la Justicia, desentendiéndose de un tema que está en el centro de la agenda a pesar de la ceguera y sordera de los funcionarios a cargo.