Plantar árboles para leña: La propuesta superadora al proyecto de canchas de tenis privadas en el parque
Agrupaciones de vecinos ambientalistas para la protección y conservación del Parque Miguel Lillo presentaron a la Comuna una idea que, de gozar del desarrollo adecuado, podría llegar a representar una solución para varios temas conflictivos que se suscitan cada vez que se impulsan iniciativas en el lugar.
Con motivo de superar el conflicto que se encendió cuando la comuna ensayó un "canje" de tierras con el club Villa Díaz Vélez, entregándole terrenos del Vivero Municipal a cambio de otro sector arbolado cuyo falta de mantenimiento es constantemente visibilizado por los vecinos, la agrupación El Parque No Se Vende puso sobre la mesa la propuesta de destinar el predio en disputa a la producción sustentable.
La intención sería instalar en el predio de poco menos de una hectárea en disputa (y más adelante en otros sectores) un espacio destinado a la plantación de eucaliptus con el fin de extraer leña para las asistencias sociales que realiza el municipio.
Los conceptos de los grupos ambientalistas cuentan con criterios de profesionales que los acompañan en sus iniciativas, por lo que la dimensión de la iniciativa puede mensurarse a través de sus beneficios: con una sola hectárea de plantación la Comuna podría ahorrarse millones de pesos que destina a la compra de leña mientras le da un uso sustentable a la tierra, manteniendola accesible para la población y trascendiendo intereses particulares.
Los beneficios de una plantación de este tipo, cuenta el ingeniero forestal José Garcés, experto conocedor del Parque Miguel Lillo, tienen "un componente ambiental, que tiene que ver con la captura de dióxido de carbono de las plantas y la liberación de oxígeno; un componente social, brindando material de calidad hacia la gente que año a año solicita leña porque pasa frío y hay que asistirla".
Según las estimaciones, una hectárea produce en el término de 6 o 7 años unos 140 mil kilos de leña, lo que permitiría abastecer acabadamente a decenas de familias con un solo terreno como el que está en disputa. Actualmente la Comuna compra la leña que reparte y también hay denuncias sistemáticas que muestran que el Municipio extrae plantas saludables con la presumible intención de producir leña con los pinos.
"Desde del punto de vista económico además es fantástico porque te cierran los números porque en vez de comprar todos los años, al cabo de 10 años tenés un ahorro de 70 millones", señaló.
Todo el concepto merece lo que los grupos ambientalistas vienen requiriendo hace años: planificación sostenible en el tiempo, algo que no se descubre en el manejo que han hecho del parque las diferentes gestiones municipales por lo menos en la última década. "Esta sería la producción de madera para generar dendroenergía, que en lo que es el manejo de energías renovables es la más barata junto al viento y al sol, o incluso más barata, porque a medida que se va produciendo eso que se va a transformar en energía capta dióxido de carbono y devuelve oxígeno, cosa que es muy importante", explicó.
Desde luego, toda esta planificación a largo plazo se opone a los intereses políticos y económicos. Un intendente gobierna 4 años, por lo que esa mirada a largo plazo requiere de una generosidad y miras a largo plazo con compromiso que no abunda en la clase política local.
La propuesta se conoce como forma de respuesta de las agrupaciones ambientalistas a las intenciones insistentes de la Comuna de entregar una valiosa porción del terreno del Vivero Municipal a un emprendimiento privado dentro de Villa Díaz Vélez. La necesidad extrema de la gestión Rojas de entregar el lugar se reflejó en sucesivos "aprietes" de la Comuna al Poder Judicial y la presentación de estudios y evaluaciones de impacto ambiental todavía está pendiente y no es conocida por el público
Estudios perdidos
Si bien la Comuna, el club y sus letrados insisten en que presentó los debidos estudios y evaluación de impacto ambiental para habilitar el proyecto de las canchas de tenis en el parque, lo cierto es que la presentación de los documentos sólo se hizo después de que la Justicia estableciera el amparo que detuvo a las topadoras.
Es más, según consta en la sentencia de la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo de Mar del Plata conocida ayer, el decreto 3738/21 por el cual la Comuna presentaba los estudios apareció recién entre el 24 y el 30 de diciembre del 2021, dos semanas después de que se otorgara el amparo en favor de los vecinos.
Lamentablemente no se puede conocer aún la fecha exacta dado que su publicación fue omitida del boletín oficial y no está a disposición del público: cuando un usuario intenta encontrar el decreto se encuentra con que el listado, que sigue un orden numérico, omite el decreto en cuestión y otros más (salta del 3722 al 3763) en la última semana del 2021.
No es la primera vez que se detecta que la Comuna omite la publicación de decretos: recientemente se conoció la omisión de 16 decretos sin razón aparente y, antes, la Comuna dispuso el alambrado del Club Villa del Parque aunque nunca presentó el plano oficial de la concesión cuando los concejales requirieron informes.
