Presupuesto Participativo: La desvergonzada forma de Nueva Necochea de usar el Estado Municipal como aparato de campaña

sábado, 30 de julio de 2022 · 12:22

Con la campaña reelectoral completamente lanzada, el intendente de Necochea, Arturo Rojas, sigue fiel a su modus operandi de usar los recursos del Estado para sus intereses políticos, sirviendose de los fondos públicos como si fueran aportes de campaña.

Esto ha sido realidad tanto en los pagos de publicidad a medios y operadores amigos como en la intención de contratar una consultora para asesorarlo para el 2023. De igual modo, el "vecinalismo" de Nueva Necochea (partido del intendente) está conformado casi íntegramente por funcionarios de su gestión. De vecinos de a pie, nada.

Es más, el Estado Municipal bajo el mando de Rojas ha llegado a usar un colectivo partidario (el famoso "chamuyomovil") como si fuera una oficina pública, con el propio intendente como chofer y con severos cuestionamientos por parte del Concejo Deliberante.

En este esquema, donde la gestión pública se confunde con los negocios privados de sus funcionarios y concejales, cualquier herramienta del Estado que sirva para hacer campaña política es plenamente utilizado y promovido como gestión, cuando la evidencia muestra que se trata de campaña proselitista.

Esto es especialmente así en la gestión del llamado "Presupuesto Participativo", que da la oportunidad al Ejecutivo de mostrar reuniones con vecinos del mismo modo que con el "chamuyomóvil", aunque sin el intendente presente. A pesar del magro presupuesto que calcula cada año el Ejecutivo para este programa, ha llevado la cuenta de cada reunión en cada barrio con un reporte de prensa aunque sin ninguna definición concreta. Los resultados, prometen, serán visibles recién en 2023... año electoral.

Para este 2022 el presupuesto participativo calculado por la Comuna fue de 1.600.000 pesos, lo que equivale al 10% de lo que se destinó a publicidad y propaganda y representa apenas el salario de un año de un funcionario de segunda línea. Para este 2022 en el presupuesto participativo estaban previstos la construcción de refugios para transporte público y la preparación de un terreno como plaza en el Barrio La Florida.

Con esos magros montos se hace evidente que lo que intenta hacer el Ejecutivo es usar esos encuentros con vecinos como actos políticos, casi como si cada encuentro fuera una convocatoria a una Unidad Básica partidaria. Si los funcionarios y el intendente en representación del municipio son un vecinalismo, las instituciones y los vecinos serían su aparato político y militancia.

Así las cosas, en otro parte de prensa de la Municipalidad (hasta ahora la comuna contabiliza 10 reuniones y se prometen más para el interior del distrito), se informó de la última reunión realizada en el barrio Sudoeste.

Quien encabezó la reunión por parte del municipio fue el director de Hábitat, Vivienda y Obras Comunitarias, Lisandro Dones, quien sintetizó que “dando cumplimiento a este paso de la elección, ahora empezarán a tratar las obras que ellos quieren para su barrio”, y en ese aspecto enumeró que por lo general se habló de reductores de velocidad, iluminación y mejoras en la plaza.

“Ahora los vecinos deberán elegir y en dos semanas se hace la segunda asamblea, donde ya estarán las propuestas para los barrios”, completó Dones, quien explicó que el venidero martes estarán en La Dulce y Juan N. Fernández y ya se cerrará de esa manera el ciclo de asambleas barriales.

La Comuna no ha perdido oportunidad de achacar a la gestión municipal anterior el incumplimiento de 13 obras votadas por los vecinos en el 2018, como si se tratara de una falta de su predecesor, sin embargo, cuando toca explicar su propia acción, cumple en aclarar que "el Presupuesto Participativo se divide en dos años, un primer año con este tipo de asambleas en los barrios donde se eligen democráticamente a los delegados, quienes luego comunicarán al municipio las obras elegidas por los vecinos; y un segundo año en el que se ejecutan las obras, que “si bien son de escala menor, suelen ser de alto impacto social”, sostuvo Dones.

Con ese uso proselitista de las herramientas ciudadanas la gestión de Arturo Rojas sigue buscando darle cuerpo a su campaña proselitista de cara al 2023, y aunque atraviesa serias dificultades para afrontar gastos corrientes, no pierde oportunidad de mantener vivas algunas promesas que probablemente tomen cuerpo cuando las necesidades políticas del Jefe Com unal así lo requieran.

Otras Noticias