¿Camino peatonal o abandono municipal?: Así terminó la "Calle 0" cuando la muni cerró el paso

La Comuna se esforzó a lo largo de lo que va el mandato del intendente Arturo Rojas de llevar adelante una lógica proselitista para todo acto de gobierno, entendiendo la comunicación política casi exclusivamente como el desarrollo de un discurso de campaña. Con ese espíritu, en febrero anunció con bombos y platillos el proyecto de construir la "calle 0", una senda peatonal que podría combinarse con una serie de concesiones entregadas o renovadas este año.

Según la promesa, difundida ampliamente por la Comuna días antes de entregar tres concesiones a manos amigas en ese sector, el proyecto consistía en una pasarela de 600 metros que uniría el sector de las playas del Neptuno y el caño de desagües pluviales, que estaría convertido en un punto turístico debatible.

Sobre el final de ese tramo, hacia el oeste, la Comuna cerró la calle costera y abrió un camino peatonal, impidiendo así el paso de vehículos habitual de quienes gustaban de usar las playas frente al Camping Miguel Lillo. La posibilidad de que la calle fuera cerrada al público fue barajada en el pasado, cuando en 2018 Cuatro Vientos denunció la posible entrega de la concesión del parador Kabryl a funcionarios interesados.

Finalmente la gestión Rojas terminó cerrando la calle e instalando carteles en dos portales de madera que indicaban que el paso ahora era peatonal. Desafortunadamente, una vez cerrado el paso de vehículos, la Comuna abandonó el espacio y ahora no es más que una senda entre el alambrado del camping y las dunas frontales.

En el camino, la Comuna se ahorró el mantenimiento del lugar y a la vez concretó la amenaza latente de que se cerrara el último tramo de camino costero hacia el oeste.

Aunque el cierre de la calle fue presentado como la apertura de una senda peatonal que al final es sencillamente el abandono del lugar, las razones reales de la decisión nunca fueron claras: puede haberse tratado tanto de un ahorro en mantenimiento de espacios públicos como de la posibilidad que el paso de vehículos estuviera dañando la estructura de los túneles que pasan debajo de la calle, obligando a cerrar preventivamente el transito más pesado del camino.

Visto desde arriba, con el cierre del paso se hace evidente la clausura en un contexto más amplio: el camino que sería la continuación de la "calle 0" anunciada, tiene límite directo en dos concesiones que presentarían inconvenientes para permitir que el proyecto se desarrolle: por un lado las paralizadas obras en el Kabryl, donde se intentaron instalar unas cabañas de alquiler sobre el médano frontal, algo que quedó paralizado en 2020.

Más allá, la instalación del Barrio Médanos, cuya concesión impide el paso del público desde hace más de 20 años, es un segundo escollo (y mucho más importante) para que el camino pudiera seguir su traza, por lo que el proyecto de calle 0 tiene un final anunciado mucho antes que se instale la primera piedra si es que el anuncio encuentra aplicación en la realidad.

Mientras tanto, a cambio de la promesa de una nueva obra la gestión del intendente Arturo Rojas cerró un paso que estaba en pleno uso pero prefería no mantener, y presentó ese cierre como la apertura de un camino peatonal, que como no se le dio ninguna clase de mantenimiento, se transformó en una senda entre los médanos, haciendo el lugar aún más inaccesible que antes.