VENENO EN LA CALLE
Alerta en Quequén: Encontraron un tubo de fosfuro de aluminio en la vereda del CEF 76
Un tubo de fosfuro de aluminio fue encontrado este miércoles en una calle Quequén por vecinos que se alertaron por el hallazgo.
Se trata de un veneno letal en bajas concentraciones y en poco tiempo, que se utiliza para fumigar. Los nombres comerciales más conocidos son Photoxín y Fumitoxin.
El fotógrafo ambientalista, Fabián Felipón, fue alertado por los vecinos y fue al lugar.
El tubo fue encontrado en “avenida 554 y calle 13, sobre avenida 554, casi en la esquina del CEF”, dijo Felipón en diálogo con Cuatro Vientos.
“Tras el llamado de vecinos encontré un tubito de Photoxin, fosfuro de aluminio, tirado en la vereda, con la peligrosidad y el riesgo de que lo manipulen cualquier persona y los chicos”, explicó y agregó que luego “se llamó a Policía Ecológica que actuó rápidamente. Intervinieron, esto ya lo denuncié”.
“Hay que hacer tomar conciencia a la gente que si ve estos tubos tirados en la vereda, en la basura, en un potrero o la calle, que no lo vaya a manipular, que avise al 427232, Policía Ecológica. Tomemos conciencia, el veneno en la calle y las veredas, peligro”, sentenció el fotógrafo.
Alerta
El producto es de alta toxicidad. Es un veneno que se utiliza en forma de pastillas para combatir las plagas, que, combinado con la humedad ambiental, forma un compuesto conocido como PH3 o fosfina, muy parecido al amoniaco, que contiene fósforo, huele muy mal y es altamente venenoso.
El fosfuro de aluminio, se combina con todo lo que tiene oxígeno y, particularmente en los seres vivos, la inhalación de los vapores que provienen de la hidrólisis de esta sustancia produce daños irreversibles en los pulmones.
El efecto -mortal- es cuestión de horas, no hace falta mucho tiempo, porque en la materia que contiene oxígeno es prácticamente instantáneo.
Un derrame de fosfuro de aluminio en 2015 en Quequén, produjo la muerte de Melisa Núñez. El Photoxin propiedad de la empresa de fumigaciones Shipinsuarence SA, alojado en calle 507 N° 1645, se derramó en las cloacas y los gases fueron inhalados por los vecinos. Melisa fue la más afectada, tuvo una descompensación y falleció horas después por un paro cardiorrespiratorio agudo.
