La crisis en EE.UU.: ¿Arrastrará al resto del mundo?
La globalización ha convertido al mundo en una maquinaria perfectamente interconectada, aumentando la riqueza y su difusión en términos globales, pero también ha tenido consecuencias negativas, como la destrucción de buena parte del sector primario y
secundario en los países más desarrollados, que han preferido externalizar su producción para abaratar costes volviéndose muy dependientes en casos de extrema necesidad como se demostró durante la pandemia, cuando muchos países no fueron capaces durante un tiempo de fabricar sus propias mascarillas y respiradores, algo que en principio no requiere de una capacidad técnica o industrial fuera de lo normal.
Otra consecuencia negativa, o positiva cuando ocurre lo contrario y el país crece en vez de caer, es el extraordinario efecto que tiene en el resto de la economía mundial una crisis en una economía como la estadounidense, que ha articulado el comercio internacional durante décadas a pesar de que en algunas regiones la importancia del comercio con China esté desplazando a los EEUU como socio principal, como ocurre con el África subsahariana, donde el gigante asiático y previsible siguiente potencia mundial ya ha sustituido a las antiguas metrópolis e incluso a los EEUU como socio mayoritario en el comercio internacional según un estudio del Instituto Español de Estudios Estratégicos o IEEE, un crecimiento económico al que según analistas del mismo Instituto, podría seguir un incremento de la presencia militar de China a lo largo y ancho del mundo.
Cuando EE. UU. estornuda, ¿el mundo se constipa?
Al acabar la Segunda Guerra Mundial en los EEUU se producía aproximadamente la mitad de la actividad económica mundial, en la actualidad, y según datos del Fondo Monetario Internacional o del Banco Mundial, el PIB de los EEUU representa algo menos de la cuarta parte, una cifra mucho menor pero sin duda todavía lo suficientemente importante para que la buena o mala marcha de sus indicadores no sean simplemente un instrumento para especular (lo que significa arriesgar capital) en los mercados bursátiles como el Nasdaq 100 o el S&P 500 o a través un bróker de CFDs como easyMarkets, sino que tienen un impacto muy real en el resto de economías del mundo, especialmente en aquellas que mantienen fuertes vínculos comerciales con Washington.
Según algunos analistas, EEUU y gran parte del mundo occidental podría estar a las puertas de una crisis mundial sin precedentes en las últimas décadas, lo que provocaría una recesión que terminaría llegando incluso a las grandes economías asiáticas, las cuales se han especializado en vender a Occidente mercancías y servicios por valor de cientos de miles de millones de dólares, una enorme inyección de liquidez que podría contraerse fuertemente en caso de que los EEUU entrase en recesión, una recesión que por cierto ya amenaza a la Unión Europea, comenzando por su locomotora, Alemania, la cual ya está comenzando a acusar el desgaste provocado por la falta de gas ruso por las sanciones que siguieron al comienzo de la guerra de Ucrania e incluso parece estar replanteándose su política con respecto al cierre de las centrales nucleares alemanas que todavía están operativas, algo muy significativo teniendo en cuenta que una de las patas de la coalición de gobierno tripartita son los verdes, partido que ha articulado su ideario en gran parte en torno al rechazo a la energía nuclear, lo que podría hacer que a la crisis económica se añada una crisis política si la presión que liberales y conservadores están aplicando sobre los verdes con la intención de que apoyen la prologa de las centrales que deberían cerrarse a finales de este mismo año termina por no fructificar y no consiguen torcer el brazo de la facción ecologista del ejecutivo alemán.
Un ejemplo claro de como la crisis estadounidense afecta al resto del mundo son las subidas de los tipos de interés del dólar, dado que la subida del valor de la moneda de reserva por excelencia tiende a devaluar el valor del resto de divisas del mercado del forex, como ha ocurrido por ejemplo con el par EUR/USD, en el cual la moneda europea y el dólar han llegado a alcanzar la paridad, encareciendo las importaciones para los países de la Unión Europea, sobre todo en lo que se refiere a materias primas energéticas como el petróleo, lo que agravaría aún más la crisis de estos países.
