La motosierra en el PAMI reduce la cobertura del 100% en 44 medicamentos esenciales: Un golpe para los jubilados
PAMI, la obra social más grande de Argentina, implementó un nuevo recorte en su cobertura de medicamentos que afecta directamente a los jubilados y pensionados que dependen de ella. A partir de esta decisión, un total de 44 medicamentos, incluidos antibióticos, corticoides, antiparasitarios, antipsicóticos y tratamientos para el dolor, han dejado de ser cubiertos al 100%. Este cambio afecta a millones de personas mayores que ya enfrentaban dificultades para llegar a fin de mes debido al alto costo de los fármacos. A continuación, analizamos las implicancias de esta medida y cómo impacta en la vida cotidiana de los jubilados.
Hasta el momento, PAMI brindaba cobertura total para una amplia gama de medicamentos, permitiendo que millones de jubilados accedieran a tratamientos esenciales sin tener que desembolsar dinero. Sin embargo, con la reciente modificación, medicamentos que anteriormente formaban parte del plan "Vivir Mejor", que solventaba el 100% del costo, han sido retirados de esta lista. Ahora, la cobertura es variable, dependiendo de la condición del paciente, y algunos de estos medicamentos solo recibirán descuentos parciales.
En términos concretos, la quita afecta a 11 moléculas, lo que se traduce en la reducción de 160 presentaciones médicas en sus distintos formatos. Además, otro grupo de medicamentos que anteriormente se vendían a precios diferenciales con descuentos ahora tendrán una cobertura "eventual". En lugar de ofrecer un precio subsidiado, el PAMI aplicará un descuento del 40%, pero no sobre el "precio PAMI", sino sobre el precio estándar que paga cualquier particular, lo que encarece notablemente el acceso a estos fármacos.
El impacto en los jubilados
Este recorte afecta directamente a más de cinco millones de jubilados que dependen de PAMI para recibir sus medicamentos. Muchos de ellos ya enfrentaban serios problemas económicos, donde más del 50% de sus ingresos mensuales se destinaban al pago de medicamentos. La situación es alarmante, ya que, sin una cobertura completa, muchas personas mayores podrían verse obligadas a dejar de tomar sus medicinas o reducir las dosis, lo que representa un riesgo grave para su salud.
Marcela Coretti, referente del Colegio de Farmacéuticos de la Zona Andina, describió la situación como crítica en una entrevista en El Cordillerano Radio (93.7). “Ha caído la venta de medicamentos esenciales”, afirmó, refiriéndose específicamente a la población mayor afiliada a PAMI. Según Coretti, muchos jubilados no pueden permitirse pagar la diferencia en el costo de los medicamentos, ni siquiera con la ayuda de sus familiares. Esta situación genera una paradoja en la cual aquellos que más necesitan los tratamientos no pueden acceder a ellos debido a la falta de recursos económicos.
El riesgo de reducir o abandonar tratamientos
El doctor Oscar Atienza, especialista en Salud Pública y docente de la Universidad Nacional de Córdoba, advirtió sobre los peligros de dejar de tomar medicamentos recetados o reducir las dosis. “Es fundamental respetar las dosis y la frecuencia de los medicamentos”, afirmó de manera categórica. Cuando un medicamento alcanza la biodisponibilidad, es decir, el nivel de concentración necesario en el organismo, este tiene un tiempo de duración que debe ser respetado para asegurar su eficacia. Reducir las dosis o saltarse tomas puede provocar que el tratamiento pierda su efectividad, lo que pone en riesgo la salud del paciente.
Por ejemplo, en el caso de personas con hipertensión, si no toman sus medicamentos de manera adecuada, la presión alta puede volver a aparecer, aumentando el riesgo de complicaciones como infartos o accidentes cerebrovasculares. De manera similar, los pacientes diabéticos que no respetan sus dosis pueden descontrolar los niveles de azúcar en sangre, lo que pone en peligro su vida.
Un golpe directo a la salud de los jubilados
Atienza señaló que esta reducción en la cobertura de medicamentos es “un punto de inflexión al corazón” para PAMI. Si bien es cierto que existían situaciones en las que algunos medicamentos eran cubiertos al 100% sin que los pacientes los utilizaran, el paso al otro extremo, donde la cobertura es mínima o inexistente, ha generado un impacto negativo en la vida de los adultos mayores.
En palabras del especialista, el problema radica en que ahora muchos jubilados se ven en la necesidad de elegir entre pagar sus medicamentos o cubrir otros gastos esenciales, como la alimentación o las facturas de servicios. Este dilema agrava aún más la situación, ya que una mala alimentación combinada con la falta de tratamientos médicos adecuados puede desencadenar una serie de complicaciones de salud, desde la aparición de nuevas enfermedades hasta el deterioro general del estado físico y emocional de los pacientes.
Lista de medicamentos afectados
Entre los medicamentos que han perdido la cobertura total por parte de PAMI se encuentran tratamientos esenciales para diversas patologías, tales como:
1- Ácido Acetilsalicílico (antiagregante plaquetario)
2- Aciclovir (antiviral)
3- Benznidazol (antiparasitario)
4- Betametasona (corticoide)
5- Betametasona + Gentamicina + Miconazol (corticoide)
6- Carbonato de Calcio (suplemento)
7- Ceftriaxona (antibiótico)
8- Cefuroxima (antibiótico)
9- Cilostazol (vasodilatador)
10- Ciprofloxacina (antibiótico)
11- Claritromicina (antibiótico)
12- Clindamicina (antibiótico)
13- Clobetasol (corticoide)
14- Citrato de Calcio (suplemento)
15- Dexametasona (corticoide)
16- Doxiciclina (antibiótico)
17- Estriol (hormonoterapia)
18- Fluconazol (antibiótico)
19- Fluoxetina (antidepresivo)
20- Hidrocortisona (corticoide)
21- Hierro Polimaltosato (suplemento)
22- Ivermectina (antiparasitario)
23- Levomepromazina (antipsicótico)
24- Liotironina (tratamiento del hipotiroidismo)
25- Mebendazol (antiparasitario)
26- Meprednisona (corticoide)
27- Metadona (tratamiento del dolor)
28- Metoclopramida (antiemético)
29- Metotrexato (tratamiento de la artritis reumatoidea)
30- Metronidazol (antibiótico)
31- Minociclina (antibiótico)
32- Morfina, Clorhidrato (tratamiento del dolor)
33- Neomicina (antibiótico)
34- Nistatina (antibiótico)
35- Oxibutinina (antiespasmódico)
36- Prednisona (corticoide)
37- Pregabalina (tratamiento del dolor)
38- Promestriene (hormonoterapia)
39- Psyllium (laxante)
40- Sulfametoxazol + Trimetoprima (antibiótico)
41- Sulfasalazina (tratamiento de la inflamación intestinal)
42- Tobramicina (antibiótico)
43- Tramadol (tratamiento del dolor)
44- Triamcinolona (corticoide)
Muchos de estos medicamentos son de uso común entre personas mayores, quienes requieren tratamientos prolongados y de manera constante para controlar enfermedades crónicas.
El aumento de precios y la crisis farmacéutica
Otro de los problemas que agrava la situación es el aumento constante de los precios de los medicamentos, que suben a un ritmo más acelerado que la inflación. Este fenómeno se debe en parte al manejo de precios por parte de la industria farmacéutica, que fija los costos de los productos sin control estatal. PAMI, a su vez, ha tenido dificultades para cumplir con los pagos a las farmacias, lo que provoca retrasos que llegan a extenderse hasta dos meses. Las farmacias, a menudo, no pueden sostener esta situación, ya que dependen de los pagos de PAMI para continuar operando.
El surgimiento de nuevas patologías
El panorama de la salud en Argentina no solo se ve afectado por los recortes en medicamentos, sino también por la aparición de nuevas patologías y el resurgimiento de enfermedades que se creían controladas. Según el boletín epidemiológico más reciente, en los últimos 30 días se han reportado casos de paperas y existe la posibilidad de que vuelvan a aparecer casos de sarampión debido a la disminución en las tasas de vacunación.
Además, los casos de dengue se han incrementado de manera alarmante, con un registro de ocho veces más casos en comparación con el año anterior. A esto se suma el aumento de casos de sífilis, una enfermedad que ha mostrado una tendencia creciente en los últimos años y que este año presenta un incremento preocupante.
Una crisis sanitaria en desarrollo
El deterioro de la salud pública, sumado a los recortes en la cobertura de medicamentos y el aumento de precios, plantea un panorama desolador para los jubilados. El doctor Atienza concluye que el estrés y la mala alimentación son factores que agravan las condiciones de vida de las personas mayores, quienes ya están lidiando con una salud frágil. “El estrés es uno de los peores problemas sanitarios que tiene el ser humano”, afirma, subrayando que la carga emocional puede desencadenar problemas de salud aún más graves.
En este contexto, las agresiones hacia el personal médico también han aumentado, ya que los pacientes y sus familias buscan respuestas frente a un sistema que no logra dar soluciones efectivas.