Crisis en el sindicalismo: ¿Se desintegra la CGT?
La Confederación General del Trabajo (CGT), la central obrera más poderosa de Argentina, atraviesa una profunda crisis interna que podría marcar el inicio de su desintegración. Las tensiones entre los principales referentes sindicales han desencadenado las primeras fugas, y el futuro de la organización parece incierto.
El conflicto quedó al descubierto tras las declaraciones de Pablo Moyano, uno de los tres principales dirigentes de la CGT, quien dejó entrever su posible alejamiento de la conducción. A sus palabras se sumó una renuncia que generó gran repercusión: Mario “Paco” Manrique, titular del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA) y diputado nacional por Unión por la Patria, decidió abandonar su lugar en la conducción de la central obrera, alegando una falta de representación por parte de sus líderes.
"No me siento representado por esta CGT", afirmó Manrique en una entrevista con Futurock, expresando un fuerte desencanto con la dirección actual de la confederación. “Tampoco soy de los que usan el paro livianamente. Todos sabemos que el paro es una herramienta que debe ser utilizada en situaciones extremas”, destacó, criticando el manejo de los conflictos laborales y la falta de acción concreta por parte de la CGT.
Además, Manrique apuntó contra la falta de comunicación con los trabajadores: "¿Cómo puedo generar conciencia en los laburantes si no conocen mi voz? No se hizo una sola conferencia de prensa para explicar qué se está discutiendo con el Gobierno, qué temas se tratan, y cómo enfrentaremos la crisis social y laboral que atraviesa el país". En este sentido, el sindicalista cuestionó el papel de la CGT en la arena política, señalando que la organización queda relegada en los procesos electorales debido a su posición ambigua y su falta de liderazgo claro.
Manrique fue contundente al expresar su respeto por Pablo Moyano, de quien destacó su compromiso con la clase trabajadora: “Pablo es el único al que respeto dentro de la conducción. Tiene conciencia y se preocupa por los trabajadores”, afirmó, sugiriendo que alguien debía dar el primer paso para generar un cambio. “No podemos seguir arrastrando a los compañeros con promesas vacías, haciendo lo mismo que han hecho siempre”, sentenció.
¿La CGT pierde un pilar clave?
Con la salida de Manrique y las tensiones crecientes dentro de la CGT, la conducción tripartita de la central obrera, conformada por Héctor Daer, Carlos Acuña y Pablo Moyano, podría estar tambaleando. Moyano ha sido crítico de la postura “dialoguista” de sus compañeros, argumentando que el diálogo con el Gobierno no ha dado resultados tangibles para los trabajadores.
“Dialogar no sirve para nada, hay que confrontar”, señaló Moyano, quien criticó duramente la decisión de algunos dirigentes de sentarse a negociar con funcionarios a los que acusó de implementar políticas que perjudican a los jubilados y a la educación pública. “No entiendo cómo podemos hablar con quienes han golpeado a los jubilados y buscan recortar el presupuesto de las universidades”, enfatizó.
Moyano también se mostró preocupado por la falta de debates importantes dentro de la CGT: “Hay muchos temas que deberían estar discutiéndose, y no lo están. Después del paro de transporte del 30 de octubre, veremos qué decisiones tomamos, si continuamos o no en la CGT”.
El futuro de la CGT se vislumbra incierto, con una interna que parece lejos de resolverse. La salida de figuras clave y la amenaza de un posible alejamiento de Pablo Moyano plantean un escenario complicado para la central obrera, que enfrenta la difícil tarea de redefinir su rol en un contexto de crisis social y política en el país.