El consumo de carne vacuna cayó un 6,8% en enero por alza de precios

El consumo de carne vacuna en Argentina ha experimentado una significativa caída durante el mes de enero, según datos proporcionados por la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra). Esta disminución se tradujo en un descenso del 6,8%, equivalente a 186.300 toneladas res con hueso, en comparación con el mismo período del año anterior, cuando se comercializaron 13.600 toneladas más.

La principal razón detrás de esta disminución se encuentra en el aumento de los precios de los cortes de carne, que alcanzaron un promedio del 20% durante el primer mes del año, superando el 330% en comparación con enero de 2023.

De acuerdo con el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva), en un relevamiento realizado en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) en 80 carnicerías y 15 supermercados durante la primera y tercera semana de enero, se observaron variaciones significativas en los precios, con aumentos más pronunciados en los supermercados. En este tipo de establecimientos, la carne mostró una variación del 28,2% respecto al mes anterior y del 339,7% en comparación con enero del año anterior. En contraste, en las carnicerías, los precios de la carne vacuna aumentaron un 15,8% durante enero y un 394,3% en términos interanuales.

Durante el primer mes del año, los cortes que experimentaron las mayores alzas en los precios promedio fueron la tapa de asado (23,7%), el lomo (23,3%) y la colita de cuadril (23,2%).

Estos incrementos en los precios de la carne vacuna ya se habían evidenciado en diciembre pasado, cuando la carne vacuna registró un aumento del 40% debido al incremento en el precio de la hacienda en el Mercado Agroganadero de Cañuelas.

Según datos de Ciccra, el consumo per cápita de carne vacuna en Argentina ha disminuido significativamente en los últimos años, pasando de 63,2 kilos por persona en 2014 a apenas 52,4 kilos en la actualidad. Esta disminución no solo se atribuye a los altos precios, sino también a cambios en los hábitos de consumo de la población, que ha mostrado una tendencia hacia las carnes "blancas" como las aves y el pescado, e incluso hacia la carne de cerdo.