El Gobierno les ruega a los supermercados que bajen los precios
En un contexto de creciente preocupación por la inflación, el Ministerio de Economía convocó a una reunión urgente con representantes de las principales cadenas de supermercados. El objetivo es claro: encontrar una solución a la escalada de precios que resurgó con furia este mes de marzo y que está destrozando bolsillos.
La reunión, que se llevará a cabo en las próximas horas, es una continuación del diálogo iniciado la semana pasada entre el gobierno y las empresas de productos masivos.
Pablo Lavigne, secretario de Comercio, liderará el encuentro, y no se descarta la presencia del ministro de Economía, Luis Caputo, quien ya participó en conversaciones previas con los denominados "formadores de precios".
El gobierno expresó su descontento con las promociones especiales ofrecidas por los supermercados, como el "70% u 80% de descuento en la segunda unidad", que, aunque atractivas para el consumidor, según Economía no reflejan una verdadera reducción de precios.
De acuerdo al presidente Javier Milei y otros funcionarios, estas promociones "ocultan la real caída de la inflación", y contribuyen a un escenario inflacionario desordenado.
Preferirían que no existieran y bajaran el precio por unidad, para que el número de inflación les de más bajo.
Este fenómeno, conocido como "overshooting", implica un aumento de precios más alto de lo necesario, impulsado por la devaluación de diciembre y la posterior retracción de las empresas ante la disminución de las ventas.
El gobierno sostiene que las promociones impiden que los inspectores del INDEC capturen los verdaderos precios, ya que solo se registra el precio declarado y no el implícito tras aplicar los descuentos.
Aunque la estrategia del gobierno tiene cierta lógica, es importante considerar que las promociones no son un fenómeno nuevo. Fueron na constante en los supermercados durante años, especialmente en momentos de baja en las ventas.
Más que evitar reducciones de precios, las promociones son un mecanismo para mantener las ventas en un sector donde la alta rotación de mercaderías es fundamental por fechas de vencimiento cercanas.
La sospecha entre los grandes conglomerados de propietarios de supermercados, es que la solicitud del gobierno de rebajar los precios en las góndolas podría estar relacionada con un proceso de desinflación menos marcado de lo que los libertarios esperaban.
Con el IPC de febrero a punto de ser revelado, y las proyecciones indicando una leve disminución respecto al número de enero, la preocupación de los funcionarios de Milei es palpable.
Sin embargo, cualquier ajuste en los precios por parte de los grandes supermercados tendría un impacto limitado en el índice general, ya que representan menos del 30% de las ventas minoristas del país. El 70% restante corresponde a una amplia red de cadenas comerciales, incluyendo supermercados chinos y tiendas de barrio, que no participan en este tipo de promociones agresivas.