Suba de impuestos a los Combustibles: ¿Se avecina un incremento del 25% en los surtidores?"
En el escenario político y económico actual, la administración encabezada por Javier Milei se encuentra en medio de una decisión que afectará directamente a los bolsillos de los argentinos: el futuro del impuesto a los combustibles líquidos (ICL). La fecha límite se acerca rápidamente, ya que el último decreto de prórroga que congeló el tributo en $27,6 desde octubre de 2022, bajo la gestión de Sergio Massa como ministro de Economía, llega a su fin este enero.
Este impuesto, que no ha sido actualizado desde julio de 2021, acumula un atraso del 377%, una cifra alarmante que no pasa desapercibida en medio de los desafíos económicos que enfrenta el país. El congelamiento, implementado como medida frente a la inflación, fue una decisión tomada durante el gobierno de Alberto Fernández y posteriormente prorrogada por Massa en los días previos a la segunda vuelta electoral.
La situación actual plantea la necesidad de evaluar el descongelamiento del ICL, una medida que podría representar un incremento del 100%. Este ajuste, según algunos actores del sector, podría traducirse en un aumento del 25% en los precios de los combustibles en las estaciones de servicio, aunque existen estimaciones más moderadas que sugieren un impacto del 11%.
El gobierno nacional, en un intento por sumar recaudación y compensar las dificultades en la implementación de su reforma impositiva contemplada en la ley ómnibus, se enfrenta a la difícil tarea de decidir si descongela este gravamen. Un paso en esta dirección, que parece cada vez más probable, impactaría directamente en los consumidores y en la ya afectada economía de los argentinos.
En este contexto, la expectativa en el sector petrolero se centra en la posibilidad de un ajuste no solo en el impuesto a los combustibles líquidos, sino también en el dióxido de carbono. Las proyecciones indican que este escenario podría llevar a un incremento en los surtidores que oscilaría entre el 11% y el 25%, dependiendo de los análisis numéricos realizados por los integrantes del sector.
El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) ha realizado sus propios cálculos, sugiriendo que el incremento debería ser del 25% para que el tributo recupere su valor real, calculado en base a 2018 cuando se estableció el mecanismo de actualización por inflación. Bajo esta perspectiva, el litro de nafta podría ajustarse en unos $175, generando una carga adicional para los consumidores.
Desde la asunción de Milei, el Gobierno ha experimentado una devaluación del 55% y ha implementado la medida de "librear precios", lo que ha llevado a un aumento del 140% en el costo de las naftas desde noviembre. Este escenario, sumado al hecho de que el combustible representa el 20% del costo de transporte y lleva consigo más del 50% de carga tributaria, hace que cualquier incremento en el impuesto tenga un impacto directo en el costo del boleto de colectivo.
