El gobierno explora opciones para rescatar a la cerealera Vicentín: ¿Un futuro en manos estatales?

martes, 19 de septiembre de 2023 · 19:30

Silvina Batakis, titular del Banco Nación (BN), anunció planes en marcha para que el Estado intervenga en la recuperación de la empresa cerealera Vicentín. Este anuncio llega después de que la Justicia rechazara una propuesta concursal de la empresa, abriendo la puerta a una serie de incertidumbres sobre el futuro de la compañía y sus acreedores.

Batakis, al frente de una institución financiera, develó un enfoque ambicioso y estratégico para abordar la crisis de Vicentín. La funcionaria no solo plantea la posibilidad de que el Estado adquiera una parte de la empresa, sino que sugiere que esta adquisición podría ir de la mano con capitales privados. Este enfoque híbrido es un intento de encontrar una solución que sea sostenible en el tiempo y que evite la desintegración de la empresa, un temor que fue motivo de preocupación en los últimos tiempos.

El Banco Nación, que figura como el principal acreedor de Vicentín con una deuda de 300 millones de dólares, está decidido a mantener la empresa en funcionamiento y asegurar que los empleados mantengan sus fuentes de ingreso. Sin embargo, Batakis aclaró que el objetivo del Gobierno no es hacerse cargo del 100 por ciento de la compañía, sino más bien establecer una presencia estatal en su dirección para garantizar su continuidad operativa.

Esta medida del Gobierno argentino responde a la necesidad urgente de proteger a una de las empresas más icónicas del sector agropecuario del país, que sufrió dificultades significativas en los últimos años. La deuda de Vicentín supera los mil millones de dólares, y además del Banco Nación, incluye a la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), el Banco de la Provincia y el Banco de Inversión y Comercio Exterior SA (BICE), así como varios acreedores nacionales e internacionales.

La intervención del Estado en esta situación debe ser equilibrada y armoniosa, según Batakis. Aunque reconoce que es posible que empresas privadas también estén interesadas en adquirir Vicentín, insiste en que la acreencia del Banco Nación debe estar protegida en cualquier escenario. Esto implica una compleja negociación que busca equilibrar los intereses de los acreedores, los trabajadores y el futuro de la empresa en sí.

La funcionaria también recordó la "estafa" que sufrió Vicentín durante el gobierno de Mauricio Macri, cuando la empresa, al borde de la quiebra, recibió un préstamo de 300 millones de dólares del Banco Nación. Este episodio revela la urgente necesidad de un enfoque más riguroso en la gestión de las empresas estatales y la importancia de asegurarse de que los recursos públicos se utilicen de manera responsable y estratégica.

Vicentín, a pesar de sus recientes problemas, sigue siendo una empresa con un legado sólido en el sector agropecuario argentino. Durante años, fue considerada una de las mejores del mundo en su campo. Batakis enfatiza la intención del Gobierno de mantener esa reputación y permitir que los trabajadores sigan teniendo empleo en la empresa. Además, plantea la posibilidad de que Vicentín cumpla un papel importante como empresa testigo en manos del Estado, dependiendo de cómo se configure el paquete accionario.

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