El FMI le exige a la Argentina “contener el gasto en salarios y jubilaciones”

El Fondo Monetario Internacional (FMI) volvió a poner el foco en Argentina, instando al país a adoptar medidas impopulares para enfrentar los desafíos económicos que continúan erosionando su estabilidad financiera. En un comunicado emitido desde la sede del organismo en Washington, se subrayó la necesidad inmediata de "contener el gasto en salarios y jubilaciones" junto con un llamado a llevar a cabo un nuevo aumento en las tarifas, lo que ha provocado un renovado debate sobre el curso económico que la nación debe seguir.

Los pedidos del FMI resuenan en un contexto donde el país luchó por cumplir los objetivos establecidos en el Acuerdo de Facilidades Extendidas. La quinta y sexta revisión de este programa llegan en un momento crítico para Argentina, que enfrenta dificultades no solo a causa de la sequía sin precedentes sino también debido a desviaciones en su política interna.

En un tono que refleja un renovado sentido de urgencia, el Directorio Ejecutivo del FMI no solo avaló la devaluación de la moneda, sino que también dio luz verde a exenciones por incumplimiento, lo que da testimonio de la preocupante magnitud de las desviaciones que afectaron al país. A pesar de los desembolsos acumulados que ascienden a la considerable cifra de unos US$36.000 millones, las metas clave del programa pactadas hasta finales de junio de 2023 permanecieron esquivas, exacerbando la incertidumbre económica.

En el centro de esta revisión está el llamado a un "nuevo paquete de medidas" destinado a salvaguardar la estabilidad y afianzar la sostenibilidad a medio plazo. Kristalina Georgieva, la Directora Gerente y Presidenta del Directorio del FMI, enfatizó que la situación económica del país se volvió "cada vez más complicada" desde la conclusión de la última revisión. La elevada inflación y las crecientes presiones en la balanza de pagos encendieron las alarmas, y el gobierno argentino enfrenta ahora la tarea monumental de implementar medidas que restauren la confianza y reequilibren la economía.

Entre las medidas propuestas por el FMI se encuentran ajustes en los controles de gasto, con énfasis en la actualización de las tarifas de energía, así como la contención de los salarios públicos y las jubilaciones. Sin embargo, se hace hincapié en que estas acciones deben ser llevadas a cabo sin descuidar la inversión en programas sociales y en infraestructura, elementos cruciales para mantener una cohesión social que se mantiene frágil en medio de la incertidumbre económica.

Un aspecto de particular importancia es el realineamiento del tipo de cambio, que se espera que ayude a promover la acumulación de reservas y, al mismo tiempo, limite el impacto inflacionario derivado de las fluctuaciones en la moneda. Se espera que este ajuste sea gradual y cuidadosamente calibrado, con el objetivo de mantener el equilibrio entre los objetivos de acumulación de reservas y la necesidad de reducir la inflación. Además, se anticipa que las tasas de interés real permanecerán en niveles positivos para mantener el atractivo de los activos en pesos, respaldando así la demanda interna.

En lo que respecta a las prácticas de tipos de cambio múltiples y las restricciones cambiarias, el FMI aboga por una retirada gradual de estas medidas conforme las condiciones lo permitan. Se enfatiza que estas medidas no deben reemplazar una política macroeconómica sólida, subrayando la importancia de abordar los desafíos económicos de manera integral y estructural.

En una nota positiva, se reconoce el valor de impulsar el potencial exportador de Argentina, y se destaca el avance representado por la conclusión del primer tramo del gasoducto. Sin embargo, se hace un llamado a mantener el enfoque en la protección de los sectores vulnerables de la sociedad y en la promoción de un crecimiento inclusivo a medida que se abordan los desequilibrios existentes.

Aunque las palabras de Georgieva subrayan la necesidad de determinación y agilidad en la implementación de las medidas propuestas, también se reconoce que la ejecución exitosa del programa requerirá un respaldo político sólido y sostenido en el tiempo. La incertidumbre política y los cambios de gobierno han sido un tema recurrente en Argentina, y Georgieva señala que los esfuerzos para abordar los desafíos profundos que enfrenta el país deberán trascender las administraciones actuales y futuras.

En última instancia, el camino por delante para Argentina parece empinado y desafiante. Las demandas del FMI reflejan la gravedad de la situación y la necesidad de medidas audaces y a menudo impopulares para estabilizar la economía.

A medida que Argentina navega por estas aguas turbulentas, la mirada del mundo económico estará fija en cómo el país aborda sus desafíos económicos y en cómo logra mantener el equilibrio entre la estabilidad interna y la sostenibilidad a largo plazo.